APORTACI?N AL ESTUDIO DE D.a EMILIA PARDO BAZ?N 155
S?lo explica el drama de la vida del hombre por el ciego instinto y
la concupiscencia sin freno ni norte, el no tener en cuenta sino la
materia.
El seguidor de Zola ha de verificar una "especie de selecci?n entre
los motivos que puedan determinar la voluntad humana, eligiendo siem
pre los externos y tangibles y desatendiendo los morales ?ltimos y deli
cados: lo cual sobre mutilar la realidad, es artificioso y a veces raya en
afectaci?n, por ejemplo, la hero?na de una p?gina de amor manifiesta
los grados de su enamoramiento por los de temperatura que alcanza la
planta de sus pies."
Do?a Emilia censura el naturalismo ya al exponer su doctrina y dice
que Zola al intentar sujetar el arte a las reglas del m?todo experimental
no tiene en cuenta que en realidad el arte s? resiste, "los caminos del
hombre de ciencia son distintos a los del artista."
Tambi?n es equivocado querer buscar un fin ?til en el arte. Zola
mismo, con antelaci?n a La novela experimental, hab?a impugnado di
cha equivocaci?n, a prop?sito de la obra de Proudhon, Del principio
del arte y de su funci?n social, y proclam? "la independencia sublime
del arte."
El estilo zolesco tiene asimismo sus vicios, como queda dicho.
Entre los juicios de la escritora gallega acerca de la doctrina natu
ralista, los hay singularmente expresivos.
En el pr?logo de La cuesti?n palpitante, en su cuarta edici?n, de
1891, afirma:
"No fue castecismo de una escuela, seg?n err?neamente creyeron
los que la vieron con ojos maliciosos o descuidados, sino exposici?n de
teor?as que aqu? se hab?an extendido al rev?s, con sa?a y reprobaci?n
tan antiliterarias como ciegas, y ensayo de cr?tica de esas mismas teo
r?as, sin pasi?n ni dogmatismo..., no es tal Biblia del naturalismo..., sino
una tentativa de sincretismo, tan batalladora en la forma como serena
en el fondo."
El ilustre catedr?tico y cr?tico gallego Correa Calder?n expresa de
manera perfecta el juicio de do?a Emilia contra la doctrina naturalista.
Dice as? en La Pardo Baz?n en su ?poca: "Muy escasos valores positi
vos pueden contarse en su haber. Si acaso, su don de oportunidad,
como reactivo necesario contra el engolado clasicismo y el romanti
cismo desorbitado ?aunque en cierto modo sea consecuencia y aplica
ci?n de ?ste ?ltimo?; un minucioso aprovechamiento de la observaci?n
y el an?lisis aplicado a las costumbres y a las gentes, como instrumentos
de trabajo b?sicos y esenciales en el novelista; la contaminaci?n de la