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172, Dolettn de la 11eal Academia 6alleg?
Diputaci?n tres soluciones posibles: r.a, el aplazamiento, sin t?rmino, del
? asunto, hasta que la Comisi?n hallase oportunidad de realizar su viaje;
2.a, el env?o a Madrid de los documentos en cuesti?n con las seguridades
y garant?as necesarias a fin de proceder aqu? a su examen; 3.A, la renun
cia, por parte de la Academia, de la misi?n que sobre s? hab?a tomado.
?La contestaci?n a esta comunicaci?n no se di? hasta el 22 de Di
ciembre en que D. Antonio Pazos, como Presidente de la Diputaci?n y
a la vez corno Presidente de la Asamblea magna Propatria Col?n, con
test? aceptando el aplazamiento y enviando varias fotograf?as y otros
antecedentes para que la Comisi?n los examinase mientras llegaba el
tiempo de poder realizar su, viaje a Pontevedra.
?Mientras esta respuesta se hac?a esperar, lleg? a ser totalmente im
posible el viaje de la Comisi?n nombrada en Agosto, por ineludibles
ocupaciones que retienen en Madrid a sus individuos.
?Entonces el Director de.la Academia, confiando en el env?o de los
documentos mism?s, como medio m?s f?cil y expedito de proceder a su
estudio, hab?a designado una nueva Comisi?n compuesta de los se?ores
V?gnau, Ure?a, y Men?ndez Pidal, para el examen paleogr?fico de las
cuestiones que esos documentos suscitan.
?Pero en vez de los documentos originales, la Asamblea Propatria
Col?n, envi?, como queda dicho, tan solo las fotograf?as. Entonces la
nueva Comisi?n quiso conformarse a estas desfavorables circunstancias, y
cada uno de sus individuos "fu? estudiando por separado las copias foto
gr?ficas remitidas, reuni?ndose despu?s para tratar de los resultados obte
nidos. En estas reuniones se discutieron varios puntos hist?ricos; m?s,
por ?ltimo, se lleg? a limitar el campo de acci?n al terreno paleogr?fico,
convini?ndose en dos conclusiones. Primera: el nombre de Col?n, se l?e,
al parecer, de un modo indudable, en varios de los documentos enviados
en copia fotogr?fica, demostrando que este nombre de familia era usual
en Pontevedra en los siglos xv y xvi. Segunda: en otros casos, quiz? en
los mas interesantes por la fecha o por el nombre provisto de ese apellido
familiar, la denominaci?n de persona presenta en las fotograf?as se?ales
de raspadura, retoque, mancha o escritura posterior a la del resto del
documento, y lo mismo sucede, acaso en mayor grado, con los nombres
que llevan el patron?mico de Fonterosa.
? ?Los esfuerzos realizados para formar un juicio acerca de estos casos
dudosos, fueron in?tiles. El examen de la autenticidad de esos nombres,
exigir?a una complicada apreciaci?n, no s?lo respecto al estado del papel,
a la clase de tinta y a la composici?n de las manchas que ofuscan dichos
nombres, circunstancias todas imposibles de apreciar en unas fotograf?as.
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