148 $oletfn de la Academia Gallega
Entonoes el senor de Altamira, Lope S?nchez de Moscoso, lta
m? en s? auxilio a Diego de Andrade, G?mez P?rez das Marinas,
Sancho S?nchez de Ulloa, Pedro Alvarez de Sotomayor y D. Pedro
Alvarez Osorio, conde de Lemos.
Acudieron todos al llamamiento y se reunieron en el castro de
Aguapesada, dos leguas al oeste de Santiago, a excepci?n del de
Sotomayor, quo estaba en camino, y desde all? mandaron decir al '
arzobispo que no quisiese ver cuanto ellos pod?an hater, a lo cual
respondi? el prelado, burl?ndose, que por todos ellos no dejar?a de
hater sus hechos.
Esto indign? grandemente a los se?ores, quienes dispon?an de
unas trescientas lanzas y de cuatro a cinco mil infantes, fuerzas
aproximadamente iguales a las del arzobispo, aunque no mejores,
. pues los senores hab?an sido muy castigados por los hermandinos.
Apur?base Diego de Andrade m?s que ninguno porque se pro
cediese al ataque, sin contar con Pedro Alvarez de Sotomayor, gri
tando : 1 A la batalla g no esperemos m?s por 611 Pero prevale'ci?
el consejo de G?mez Perez das Marinas, como m?s experimentado
en cosas de guerra, y se le aguard? hasta el d?a siguiente, en que
apareci? el de Sotomayor con veinte o cuarenta de a caballo bien
pertrechados y con trescientos o cuatrocientos peones vestidos con
corazas, la mitad armados con lanzas y la otra mitad con ballestas
y precedido de dos trompetas que hac?an `grande asonada. Al ver
a sus camaradas exclam?: Parentes y amigos, tales bodas como
aquestas, no era raz?n se hiceran sin m?; vayamos a ellas. Y G?
mez P?rez dec?a: Este es el hombre por quien go esperaba. Die
go die Andrade, impaciente, a?adi? : No lo guardemos para viejo,
Y todos a una arremetieron contra el arzobispo y lo vencieron,
haci?ndole emprender la hu?da. En esto apareci? Luis de Aceve
do, quien ven?a afanoso de socorrer a su hermano; pero, como le
vi? huir, di?se ?l tambi?n a la fuga, dejando uno y otrd en poder
del enemigo bastantes prisioneros y muchos muertos y heridos.
Este hecho de armas, conocido por batalla de Altamira, tuvo
lugar el d?a 13 de Junio de 1471.
Ya iniciada la desbandada, ocurri? que habiendo quedado
solo en el campo un alf?rez del arzobispo, llamado Alvaro San
chez de Avila, que conduc?a el pend?n de Santiago, se echaron so
bre ?l los contrarios, pretendiendo arranc?rselo, sin que puffier=
conseguirlo, a pesar de haberle herido en la cara y en las manos,
ya quo no en el resto del cuerpo, porque iba muy armado. D?
banle tan grandes golpes por encima de las arias, que lo hubieran