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golel(n.de l? lReal "kcademia pallega 37
del foro gallego?ante tan gallardo alarde de elocuencia y de ?tico
atildamiento, ?antes, cifi?ndose ? la cuesti?n jur?dica, le contest? con '
aceradal?gica y contundente argumentaci?n. Despu?s de elogiar con
entusiasmo la forma liter?ria del alegato, contest?le diciendo, con deli?'
cada iron?a, que le hab?a causado extrafieza se citase al autor de la Hen:
riada en una cuesti?n.de altares, y arremetiendo despu?s con dial?ctica
despiadada ? su adversario, le encerraba en In cl?usula del contrato, que
le impon?a la condici?n de tallar el retablo en castafio, in cual cl?usula
, era, ? manera de un lecho de Procusto, ? que ten?a quo ajustarse in
.'' decisi?n del juzgador. Perdi? el'pleito el escultor con gran regocijo del
abogado contrario, quien hac?a, no obstante, encomi?sticos elogios.de
l? obra magistral de Morales Pantoja.
Terrninado el corto plazo de su residencia veraniega, retorn? Mo
rales '., Pantoja ? Madrid, donde c?ntinu? dirigiendo El Cat?lico y ejer
ciendola abogacia. Pasado alg?n tiempo desaparece de Madrid, coin
cidiendo su'marcha con el alzamiento del general Ortega en San Carlos
de la R?pita, sabi?ndose a los poccs d?as que hab?a fallecido en un
pueblo de Navarra, nuestro biografiado.
Distingu?ase Morales Pantoja por su ingenio sutil y por su consu
mada experiencia, ingenio y experiencia que le permit?an crecerse ? las
dificultades, ora domin?ndolas, con viril energ?a, ora sorte?ndolas con
habilidad extraordi?aria. Cu?ntanse an?cdotas, ? pr?p?sito de n?estro
biografiado, que hacen de s? accidentada vid? de emigrado una verda
dera odisea. Refierese una que, ? nuestro iuicio, carece de verosimili
tud, ? que m?s bien no resiste el'escalpelo de la cr?tica. Al finalizar la
primera mitad del siglo ?ltimo lleg? ? Santiago nn personaje misterio
so que se dec?a Nuncio ? Legado apost?lico y que se dirig?a ? la Corte
de Portugal ? evacuar una comisi?n dificil?sima Visit?, con tal car?c
,: ter, todo lo que la compostelana ciudad atesora de Inds notable, distill w
gui?ndose por su especial competencia en bellas artes y atray?ndose las
' simpat?as de cuantos frecuentaron su trato. A poco de salir de Santia
go fu? detenido y preso en Padr?n el misterioso personaje por resultar"
' un audaz aventurero que no era ni Nuncio, ni Legado. Creyeron mu
chos que el pseudo Nuncio era Morales Pantoja y que su misi?n ten?a
por objeto tramar un levantamiento carlista. Entendetnos que tal creen
cia carec?a en absoluto de s?lido fundamento, y nos mueven ? pensar de
este modo, amen de otras potisimas razones, las siguientes: