i8o ioletin de la Real Academia Gallega
a la Junta de Censura y otra al editor del Ciudadano, ? en 26 de Noviem
bre. Por cierto que en una de ellas habla del Corre?n de D. Trif?n (i).
En 1813, El Ciudadano, crea una Comisi?n, compuesta de D. Manuel
Calero y Portocarrero, Jos? Commock, Francisco Javier Puig, Vicente
Fern?ndez Rivera y Pablo Jerica, para allegar fondos con que defender a
todos los que se viesen atropellados por un poder arbitrario, con despre ?
cio de la Constituci?n del Estado.
Publica esta determinaci?n en su Aviso a los habitantes de la provincia
de Galicia, con fecha 25 de Noviembre de 1813, impreso en hoja suelta
por Rodriguez.;
? De este peri?dico y de sus valientes campa?as, nos ocupamos exten
samente en nuestros Apuntes para la historia de la Imprenta y el Periodismo
en la Coru?a (2).
Estableci? puntos de subscripci?n en toda Galicia, por donde procura
difundir la's nuevas ideas.
El editor viv?a en 1813 en la calle de la Franja, n?mero 6o, puesto
de papeles p?blicos.
El peri?dico era tan avanzado en sus ideas, que se le ten?a por el m?s
liberal de Espa?a.
No contentos con difamarlo y perseguirlo con el mayor odio y cuan
to pod?an, los curas, frailes y obispos rebeldes a la Constituci?n, refugia
do 'en Portugal, formaron un fondo de r5.000 duros, ?para acabar y
trastornar dicho peri?dico?.
Lograron a medias su objeto, pues debido a sus gestiones, en Octu
bre de 1813 fu? preso el editor Pe?a, a quien la reacci?n odiaba a muerte,
y trasladado entre bayonetas a Ponferrada, donde lo dejaron en libertad,
bajo palabra, en Noviembre.
Como prueba del esp?ritu p?blico dominante en Galicia, todos los
liberales de los pueblos por donde pasaba Pe?a, le agasajaban y obsequia
ban, como sucedi? en ' Betanzos, a donde lleg? el 29 de Octubre, a las
nueve y media de la noche, deteni?ndose alg?n tiempo, por hallarse en
fermo, y hosped?ndole en su casa el vecino D. Juan Garc?a.
In?til es decir el regocijo con que los absolutistas de toda Espa?a,
(r) Sobrenombre de D. Juan Chac?n, editor del Correo.
(a) Las pasiones pol?ticas en la Coru??a estaban muy enconadas, entre los liberales y
los absolutistas. Es frecuente en los peri?dicos de estos d?as la noticia de hallarse muertos
.
? tidarios de uno y otro bando, cuyos asesinos quedaban envueltos en el misterio.
En nuestros citados *untes damos curiosas noticias sobre las disensiones y actos re
probables, especialmente del partido absolutista.