234 ljoletin .de la Real"ylcademia Gallega
No por m?, que soy sombra de sombras que implora todos los per
dones, sino por los que cultivan la tierra que tanto am?, haced, ?Dios m?o!,
que jam?s les falten los frutos de bendici?n que necesitan sus hijos.
Poco tiempo ha que en presencia .de los que fueron para m? como
hermanos, y nunca supe olvidarlos, que aquellos campos eran para m?
como si me hubieran cabido en suerte, fu? ent?nces mi palabra la expre
si?n de mis sentimientos; hizo presente a los que me escuchaban el hondo
cari?o que mi pecho abriga para cuanto recordaba: tiempo, cielo, tierra,
gentes cuyas aspiraciones nos eran comunes.
?Tierra mia adoptiva, lugar de mi, nacimiento a las luchas de la
n Prensa, comienzo en mi vida oficial, punto de partida para los ascensos
? en mi carrera, verdadero oasis de ventura, en una existencia penosa;
? cuando all? estoy, me parece estar en el regazo de una madre.? (1).
Si, de una madre, pues lo fu? para el desterrado. Y no hay invoca
ci?n m?s santa, en los amores humanos, cuando se recuerda su memoria,
ni m?s grato a nuestro coraz?n cuando se la. nombra. Adi?s, pues, vida,
campos que hice m?os; adi?s mi pasado, mis ansias y mis triunfos.
?Adi?s Galicia!
Si las almas, que parten y esperan de la divina misericordia hallar su
amparo al lado de los elegidos?los necesarios perdones?, yo os aseguro
que no os faltar? ni mi auxilio ni la bendici?n del cielo, pues si Galicia
fu? para m? como una madre, yo me confieso su hijo amant?simo.0
MANUEL, MURGU!A.
(1) El Primer historiador de Lugo. Conferencia en el Centro Gallego de Madrid, 1918.