APORTACI?N AL ESTUDIO DE D.a EMILIA PARDO BAZ?N 149
ros, Dios, su providencia, el libre albedr?o y la espiritualidad del alma
humana."
En realidad nada demuestra Valera, si tenemos en cuenta que do?a
Emilia censura este aspecto de la escuela naturalista lo mismo que el
escritor egabrense ".
El fino cr?tico andaluz analiza extensamente Germinal en los ar
t?culos VIII y IX. Carecen de consistencia sus juicios contra la condesa,
de la que cree que quer?a convertir al naturalismo a todos los escritores
espa?oles.
Un gran conocedor de la novelista coru?esa, el doctor Varela J?
come, insiste en que aqu?lla est? muy lejos de las acusaciones de don
Juan Valera, y en que conoce perfectamente el naturalismo y defiende
decididamente el realismo espa?ol, ofreci?ndonos adem?s el ejemplo
de su propia obra. Para el catedr?tico compostelano, la Pardo Baz?n
conoce y comprende el naturalismo mejor que Valera. Agudamente se
ha fijado Varela J?come en que en la posici?n cr?tica de don Juan
Valera aparece el resquemor del andaluz, al que nuestra escritora hab?a
llamado "harto atildado y primoroso" y censurado que hablasen como
su autor los personajes de sus novelas"
Un agustino insigne, el padre Blanco Garc?a, cree que do?a Emilia
simpatiza con la tradici?n espa?ola en su producci?n novel?stica aun
que cree que hay una serie de deliciosos sofismas en La cuesti?n pal
pitante'.
Uno de los mayores detractores de las ideas de la condesa es el
escritor mejicano Francisco A. de Icaza. Dice que La cuesti?n palpitan
te s?lo vulgariza las ideas de Zola en Les romanciers naturalistes y Le
roman experimental. Si se comparan ambos escritores, se ve la gran
diferencia que existe entre nuestra autora y el padre del naturalismo
franc?s y no puede d?rsele la raz?n a Icaza.
Indudablemente la manera naturalista de la Pardo Baz?n tiene un
aire especial, muy distinto de los escritores de Francia. De "mero na
ttWalismo literario" calific? el mismo Zola al naturalismo de do?a Emi
lia, al prologar la traducci?n francesa de La mariposa, de Narciso
011er.
Recordemos que para Valera la novela no debe reflejar lo que la vida es
sino lo que la vida debe ser. La aplicaci?n de este principio a sus novelas est?
dentro de una idealizaci?n de la realidad, opuesta a los procedimientos naturalistas.
Vid. trabajo citado de Varela J?come sobre Do?a Emilia Pardo Baz?n,
Rosal?a de Castro y Murgu?a.
u Vid. P. Blanco Garc?a: La Literatura Espa?ola en el siglo XIX, Madrid,
189194.