polettn de la Real ylcademia Gallega 20
gresos Penitenciarios de Londres, Stokolmo, Roma, Leningrado y ?
Amberes, y sabios como R?der y Whines la proclamaban auto
ridad europea en tales materias; Rosal?a Castro, la revolucionaria
de la m?trica, de quien dijo Castelar en su admirable pr?logo a
Follas Novas, que era ?el poeta l?rico por excelencia? y ?un astro
de primera magnitud en los vastos horizontes del arte espa?ol? ;
Emilia Pardo Baz?n, la escritora infatigable, de personalidad m?l
tiple en diversos ?onocimientos humanos, en quien ha perdido Ga
licia su m?s valioso reivindicador y Espa?a uno de sus cr?ticos de
arte m?s notable; y supo tambi?n de un centenar de mujeres m?s
que brillaron con luz propia en el campo de las letras patrias.
Las gentes dieron en decir que si por los frutos se conoce el
?rbol, y no acabamos de presentar sino una ligera muestra, gran
de, digno y hermoso debe ser el ?rbol de donde tales frutos sal?n.
Con esta predisposici?n, cuando llegaron las descripciones fant?s
ticas, los relatos pintorescos, las leyendas maravillosas, crey?ronse
a pies juntillas, y no hay ya quien no ans?e visitar lo que llaman,
impropiamente por cierto, la Suiza espa?ola; todos arden en deseos
de ba?arse en aquellas encantadoras y frescas playas; de recorrer
tantas y tan frondosas alamedas como la Naturaleza ofrece a
cada paso; de subir a las monta?as y contemplar desde all? vas
tos y deliciosos panoramas; de aspirar aquel ambiente siempre
tibio y siempre perfumado; de gozar, en suma, las delicias que
durante el verano buscan con af?n, y muchas veces en vano, nues
tros turistas en las vertienl.es del P?rineo o en Ias agitadas costas
del Cant?brico.
Hoy son sobradamente conocidas nuestras deliciosas playas,
y todos reconocen que Bayona, Mar?n, Villagarc?a, la Coru?a,
Vigo, cien pantos m?s, no tienen rival como obra de la Naturaleza.
El turista encuentra en ellas, desde la bien sexvida fonda hasta el
lujoso hotel, y los restoranes y casinos y los medios de locomoci?n
le proporcionan la comodidad de que en otras partes se disfruta;
?n fin, que no falta el entretenimiento y el bienestar de que ni por
la salud ni por nada del mundo ?Prescinde la colonia ?fashiona,
ble? y elegante. Nuestras aquas minerales valen bien un tesoro.
Las del Incio, las de Cuntis, las de Ver?n, las de Mondariz, las de
Cortegada, las de Guitiriz, las de Lugo, las de Carballo, 'las de
Caldelas de Tuy, las de La Toja, tantas y tantas como por todas
pules brotan, son un venero inmenso de salud y de riqueza.
Nuestras artes aplicadas, nuestras industries, nuestras manu