Doletfn de la Real Academia Gallega 205
aguador y el ama de cr?a, o el de los infelices que, huyendo de las
m?s ?speras monta??as, emigran a 'Castilla en la .?poca de la siega
o vienen a Am?rica para dedic?rse a los oficios y menesteres m?s
humildes.
Explicar satisfactoriamente fen?meno tan extraflo es tarea im
posible, porque nunca hay raz?n para lo irracional, l?gica para lo
il?gico, ni justicia para lo injusto. Tr?tase de una aberraci?n, de
un desv?o constante y persistente del sentido com?n, y eso ni se
sujeta a reglas ni admite prescripciones de ning?n g?nero, porque
las colectividades cuando yerran o desvar?an no tienen dique que
las contenga ni freno que las reprima. Quiz? mucha culpa quepa
a nosotros mismos por nuestro car?cter un poco suspicaz, por la
desconfianza con que miramos a las cosas y a los hombres de
nuestra tierra, por ciertos g?rmenes de envidia que impiden la ala
banza de lo que de cerca atafle, y arrastran a ensalzar todo lo ajeno,
finalmente, por nuestro individualismo casi sonibr?o que ihoga,
que mata, al embarazar la asociaci?n, cuanto hay de fecundo y
acej5t?ble en otras prendas t?picas de nuestro pueblo. La expe
riencia demuestra que la propia estimaci?n, el justo y leg?timo or
gullo, no la ridicula vanidad, son factores interesant?simos para al
canzar justicia de los extrailos, y por eso quien a s? mismo se
menosprecia, dif?cil es que encuentre en los dem?s quien le saque
de su ofuscaci?n para ensalzarle y sublimarle como merezca.
De todos modos, las causas apuntadas son liger?simas para
justificar un hecho tan irritante como el desconcepto p?blico de
que por muchos siglos fu? v?ctima Galicia, y lo fueron tambi?n
sus hijos, muchos de los cuales eran bastante d?biles para no alzar
su frente y reivindicar en?rgicamente a su pa?s de las calumnias
y miserables chanzonetas conque a todas horas se le maltrataba.
En cambio, un extranjero eminente, un gran sabio y un gran poli
tico, Thiers, asombrado de nuestra heroica actitud durante la gue
rra de la Independencia, apreciando con sagaz y just?sima critica
las condiciones f?sicas, morales y sociales de nuestro pueblo, es
tampaba en una obra c?lebre para eterna memoria y coenzo
de una vindicaci?n siempre esperada y siempre aplazada, ?que
Galicia merece ser tenida por uno de los grandes centros del poder
espa??ol ? . ? Qu? verg?enza para los que cre?an que Galicia no
deb?a ser nombrada siquiera m?s que para hacerla objeto de los
epigramas y de las burlas m?s est?pidas! IQu? verg?enza para los ?
que crelan que Galicia no era un pueblo, sino un rebafto de man