> olelin de la Real Academia Gallega 203
El clamoreo p?blico que levanta hoy sobre el pav?s a un
h?roe, le sumerge ma?ana en el abismo; la voz general que en
comia un d?a ciertas cosas, abomina de ellas al d?a siguiente; y
en este hervor, en este frenes?, en este oleaje continuo, suben y.
bajan las reputaciones, enc?mbranse y perecen los hombres, adm?
tense los errores, des?chanse las verdades, t?mase y d?jase cuanto
en el mundo existe, cual si gir?ramos incesantemente en loco y
descompasado torbellino.
Es claro que la raz?n concluye por tener raz?n; pero, ? al
cabo de cu?ntos vaivenes, de cu?ntas oscilaciones, de cu?ntas in
justicias! Para muchos hombres, como para muchas cosas, para
muchas generaciones como para muchas doctrinas, para muchos
pueblos como para muchos intereses, Ilega tarde la reparaci?n,
fi?ndose a la Historia el triste encargo de se?alar lo infundado e
inoportuno de juicios, conceptos, prevenciones y f?rmulas que el
tiempo borra o disipa mucho despu?s de lo que por necesidad y
por conveniencia debiera? borrarlas o disiparlas.
Cons?guese m?s mirando de soslayo los errores y las preocu
paciones del vulgo, que poni?ndose de frente abiertamente; con
firm?ndose as? que en Io humano la sagacidad, la astucia y la
perseverancia dome?an al cabo e imperan sobre la fuerza bruta,
sea cualquiera la forma en que ?sta se manifieste. La paciencia
es una virtud dif?cil y rara; pero si se la ejercita reflexiva y con
cienzudamente, no cabe duda que es el ?nico medio de soportar
con dignidad las injusticias de un moment() dado y de preparar
la rehabilitaci?n merecida.
Yo no s? que de Galicia se haya dicho la afrenta que quiso
imprimir sobre la Francia Paul Louis cuando la llam? un pueblo
de lacayos; pero todav?a siento que el carm?n acude a mi rostro
al recordar los denuestos, los improperios, las tonter?as y las in
justicias que en todos los tonos, a todas horas, por toda clase de
personas y en todas partes se han dicho en prosa y en verso de
una Regi?n a quien la Naturaleza dot? de incomparables bellezas;
de un pals y de unas gentes en donde la laboriosidad, la honradez,
la inteligencia y la virtud son proverbiales.
El mal es antiguo e inveterado. El can?nigo Molina, a me
diados del siglo xvi, pon?a en su Descripci?n del Reino de Galicia
estos versos:
Hablar de Galicia y a quien la sublima
All? en otras partes por burla se toma :
No hable del Papa quien nunca ?u? a Roma..