296 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
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raz?n, a veces la lectura de un libro suele ser alivio de la fa
tiga que di? la lectura de otro. He dicho sise puede, porque
el divertir el entendimiento a materias diferentes, no es liara
todos. Todos los esp?ritus son, ya :m?s, ya menos, limitados.
Y algunos hay de tan estrecha extensi?n, que aunque muy h?
biles para alguna determinada facultad, si quieren estudiar
dos, les:, sucede lo que ?l otro de quien se cuenta que olvid? la
lengua vizca?na y no pudo aprender la castellana? (2).
En lo que ata?e, empero, a estos ?ltimos, a los cuales no
rinda. ventajas el medio propuesto, trata de facilitarles otro
m?s en consonancia con su corto. entendimiento. N?tese, a tal
prop?sito, que si en las l?neas anteriores deja nuestro autor
traslucir la tendencia ?hoy casi en desuso? de orientar a
personas de capacidad mental hacia una universalizaci?n de
conocimientos enciclop?dicos a modo de la reflejada en el
Teatro Cr?tico, lo que, en cambio, reserva para los no favore "
cidos por la suerte con dotes de gran fuerza, es nada menos
gigantesco progreso cient?fico de nuestros d?as, cual si con
aqu?llos no" rezara, tambi?n el pluribus intentus, minor est
ad singula sensus, o el quien mucho abarca poco aprieta de
nuestro refranero.
Pondremos aqu? sus palabras, no obstante las afee ?para
el caso la repetici?n del s?mil puesto por t?rmino al p?rra
fo precedente. Dicen: ?los genios muy limitados, si llegan a
enterarse de su estrechez lo que pocas veces sucede? no
deben extender su estudio m?s que a una sola facultad; se
entiende, a aquella a que fueron destinados desde la adole,s
cencia que halaga m?s su inclinaci?n; porque sobre el in
conveniente de la confusi?n que ocasiona, el amontonar en la
mente variedad de 'especies' heterog?neas, hay el riesgo de
que queriendo agregar a la facultad, que fu? el primer objeto
? ? " de su aplicaci?n, las noticias de otra diversa, sucede al que
lo emprende lo que se refiere del vizca?no que, trasladado de,
su tierra a Castilla, olvid? la lengua vizca?na y no aprendi?
la castellana? . (3).
Tambi?n es aplicable a los mismos cortos ingenios este
otro recurso con que el P. Feij?o aspira a alentar su conos
(2) Teatro Cr?tico, t. I, p. 224.
(3) Cartas, t. V, P. 216.
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