BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 273
del Real: Hospital, y desde entonces sirvi? de nodriza a la
'ni?a y la tuvo a su lado en Orto?o (La Mah?a) durante los
primeros a?os: 1837 1844.'
'Mucho se ha 'escrito sobre la persona de Rosal?a y se
han hecho interesantes semblanzas yretratos d?' su figura,
a la cual se asomaba por la tristeza de sus ojos toda la
ternura de su ga?lica alma. Cuantos de ella nos hablan
se?alan, como notas salientes; la ?sefiard? 'y, la melancol?a,
su porte distinguido, voz agradable y dulce y un coraz?n
bondadoso, sediento de un mundo mejor, insatisfecho de
las penalidades, desenga?ado de los amores. Tropez?n de
carne dura en alma de ?ngel ha sido su casamiento.
Delgada y enfermiza, llevaba en su rostro los rasgos
som?ticos de nuestras campesinas: cara ovalada con p?
mulos salientes, boca grande, cerrada por rojos labios, blan
cos e irreprochables sus dientes, perfecta la nariz, pobladas
las cejas y abundante y negra la cabellera, como sus ojos y
sus sue?os. No era hermosa en todos sus detalles, apero
era espejo de cielo en lo agraciado del conjunto. Una rosa
sobre lo saliente de su pecho ser?a poetizar las heridas de
su coraz?n.
Destaca Besada en Rosal?a ?lo interesante y misterioso
de su figura, la afabilidad y sencillez de su trato y su amor
a la m?sica, a los p?jaros y a las flores?. Podemos a?adir
nosotros que estas notas revelan en su plenitud un jalma
enteramente franciscana. Como el ? Pover ello? de As?s, am?,
las ?fioretti? y los p?jaros; como ?l levant? sobre las cria
turas del Se?or un canto al Creador y, como San Francisca,
llev? tras s? con dignidad la pobreza, el dolor y la resignaci?n
bajo el ahogo de un pecho sediento de volar.
Que Rosal?a ten?a condiciones para la m?sica lo afirman
todos sus bi?grafos; alma eminentemente art?stica, pose?a
'especial disposici?n para el dibujo, tocaba el piano y can
taba muy bien. Su escuela ?len decir de la misma Rosal?a
fu? la de sus aldeanos y, al prologar sus Cantares, confiesa:
?Sin gram?tica nin regras de ningunha cl?s, o lector topar?
mollas veces faltas de ortograf?a, xiros que disoar?n os o?dos
d?n purista? (13). Nada nos extra?ar?a que Rosal?a no
adquiriese una formaci?n aceptable, teniendo en cuenta lo
mal acondicionado de las escuelas en aquel tiempo. Una