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1 O2 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
dictinos, sino tambi?n de otras ?rdenes religiosas y a?n de los
c?dices que formaban el tesoro de sus bibliotecas.
Esta dedicaci?n al estudio de diplomas y c?dices, as? como la
lectura de las obras de Mabillon, Montfaucon y de los disc?pulos
de ?stos, Dom Ruinart y Dom Constant, que pose?a en su libre
r?a, le llevaron a poseer un conocimiento pr?ctico y cient?fico
de las ciencias de la documentaci?n.
De esta sabidur?a y conocimiento son clara muestra la in
vestigaci?n por ?l realizadas en los archivos mon?sticos galle
gos, aprovechando las poqu?simas visitas que a su querida
Galicia hizo a lo largo de su vida de religioso, principalmente
en la ?ltima, durante los a?os 1754 a 1755.
No se concibe c?mo, en el escaso tiempo de que dispuso, pu
diera estudiar y comentar, de forma tan certera, y obtuviera
datos y notas, que refleja en sus trabajos de erudici?n, de la
lectura de tan gran n?mero de diplomas y tumbos; revis? los de
L?rez, los de Poyo, Tenorio y Santa Clara de Pontevedra; estudi?
exhaustivamente el becerro del archivo de Celanova, el tumbo de
San Pedro de Montes, en los cuatro d?as que all? permaneci?, y
sobre todo los 249 documentos, anteriores al siglo XII, del Mo
nasterio de Samos, en las tres semanas en que, a causa de la nie
ve, se vio obligado a permanecer en aquel cenobio 13.
Con anterioridad a este viaje, hab?a comprendido la necesi
dad de que los estudios documentales en Espa?a fueran realiza
dos, no de manera emp?rica, con lo que malamente se aprender?a
a leer letras antiguas sin un estudio diplom?tico de los docu
mentos, sino con la perfecci?n y sentido cr?tico que ya era usual
en naciones extranjeras.
Conociendo esa falta de preparaci?n en muchos de los que
ten?an a su cargo los archivos, al solicitar de amigos y correspon
sales el env?o de transcripciones documentales o copias para
utilizar en sus escritos y trabajos, pone especial cuidado en que
sea adecuada la interpretaci?n paleogr?fica sobre todo de signos
y fechas.
De esta meticulosa exigencia es ejemplo patente la carta que
desde San Mart?n de Madrid dirigi? a su amigo el Prior de Jubia,
Felipe Colmenero, el 16 de agosto de 1750 ".
14 Carta de Sarmiento al P. Colmeiro, en Ilustraci?n Gallega y Asturiana.
Tomo I., p?gs. 253254.