100 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
llev? a incurrir en errores como el de considerar a los moz?rabes
como enemigos de los cristianos del norte o el de buscar al ori A
gen de los maragatos unas "ra?ces muy antiguas", lo que da
lugar a curiosos hallazgos que le deparan sus tanteos y cavi
laciones" ".
Pero en estos errores, como en otros, hemos de disculparle
al considerar el estado incipiente de los conocimientos hist?ricos
o cient?ficos de su ?poca, de los que el mismo Sarmiento era
iniciador.
SUS ESTUDIOS PALEOGRAFICOS
Hasta entrado el siglo XVIII, los estudios paleogr?ficos y di
plom?ticos, no adquieren en Espa?a la debida importancia para
ser considerados dentro de las ciencias auxiliares de la historia.
La primera obra de este g?nero publicada en nuestra naci?n fue
la Biblioteca Universal de la Polygraf?a espa?ola, del archivero
de la catedral de Avila, Crist?bal Rodr?guez y que vio la luz en
1783, gracias a Don Blas Antonio Nasarre, bibliotecario mayor de
la Librer?a Real.
Pocos a?os hac?a que estas disciplinas hab?an tomado carta
de naturaleza en Francia, cuya influencia en lo cultural, y tam
bi?n en lo pol?tico, a partir de la entronizaci?n de la Casa de
Borb?n, no es menester se?alar.
Los monjes de la Congregaci?n de Saint Maur, rama fran
cesa de los benedictinos, a comienzos del siglo XVII hab?an em
prendido la tarea de reconstruir el pasado hist?rico mediante
intensos estudios y sistem?tica cr?tica. Su extraordinaria labor
habr?a de causar gran resonancia entre los cient?ficos de la ?po
ca. Uno de sus miembros, Dom Jean Mabillon, de la Abad?a de
Saint Germain des Pr?s, establec?a las bases de la paleograf?a
cient?fica con la publicaci?n de su obra De re Diplomatica
bri VI en 1681. Su fin m?s pr?ximo era el refutar las asevera
ciones del jesuita P. Papenbroeck que supon?a falsos gran n?
mero de diplomas y cartularios de monasterios benedictinos,
principalmente de la Abad?a de Saint Denis.
Las ideas y trabajos de los monjes maurinos fueron pronto
conocidos por los benedictinos espa?oles, cuyos monasterios es
10 Cfr. S?nchez Alonso.?Historia de la Historiograf?a. Madrid, 1950. Vol.
III, p?gs. 130131.