EMILIA PARDO BAZ?N Y EL REGIONALISMO GALLEGO 67
mujer est? condenada, intitula una parte de Follas Novas "As
viudas dos mortos, as viudas dos vivos". La condesa se ha im
presionado.por la vida penosa de estas "viudas de vivos".
En Los?Pazos de Ulloa, por ejemplo, evoca la vida de las mu
jeres en la frontera de Portugal; las mujeres labran, siembran,
soportan sobre sus espaldas de cari?tides pesos enormes y viven
sin la ayuda de los hombres que marchan desde la edad de ca
torce arios para colocarse en Lisboa. Un detalle se a?ade de una
dureza que subleva;
"Vuelven s?lo al pa?s un par de meses para ca
sarse y propagar la raza y huyen apenas cumplido
su oficio de macho de colmena" ".
La mujer es, pues, un trabajador que emplea todas sus fuer
zas en los trabajos m?s penosos y cuando la Pardo Baz?n evoca
en La Quimera una escena de la siega del heno 20, pone de relie
ve que las campesinas cumplen su tarea riendo, jugando, porque
recolectar el heno es una diversi?n para los jornaleros que de
ordinario, cavan la tierra, cortan la retama espinosa y amon
tonan el esti?rcol.
A?n cuando el marido quede en el pa?s, la mujer debe apor
tar su pesada contribuci?n a los cuidados de l? tierra, mostrando
as? que su fuerza f?sica es igual a la del hombre.
En Lumbrarada 21, en la cual dos j?venes hacen en seguida
las hogueras que deben quemar en honor de San Juan, la mu
chacha vale tanto como su compa?ero; es vigorosa y tiene el
orgullo de su fuerza. Ella desea mostrar a F?lix que es una
hembra de labor "capaz de ayudar a su marido" y transporta
valientemente como ?l una pesada carga de le?a.
Pero este despliegue de fuerza, este gasto de energ?a que no
hace m?s que aumentar con las responsabilidades del hogar y
las maternidades explican por qu? la mujer gallega envejece
prematuramente.
" Por Tierras de Portugal y de Espa?a, "Austral", p?g. 166.
20 Ag., t. I, p. 273.
21 Ag., t. I, p. 1.038.