158 joletin de la Real Academia Gallega
mand?ndoles y rog?ndoles que trabajasen como aquella gente se apaci
guase sin esc?ndalo y sin otro rompimiento, y como quiera que ellos
trabajaron cuanto pudieron por lo as? hacer. Los dichos Hermanos se
vieron tan poderosos, y estaban tan locos, que no solamente no quisie?
ron estar por cosa de lo que por los dichos arzobispo y obispo les fu?
mandado de parte del Rey, mas atentaron de entrar en la ciudad de
Santiago, lo cual el arzobispo les defendi? y ayunt? su jente en que pudo
haber hasta trescientos de acaballo, y tres mil peones con los cuales
acord? de pelear con estos dichos Hermanos, los cuales como eran gente
menuda y de poco esfuerzo acordaron de se derramar y irse algunos
dellos para el arzobispo, y como Nu?o Freyle hab?a recibido tan gran
des da?os desta jente, junt?se con G?mez Garc?a de Hoyos, que era
corregidor por el Rey en aquella tierra, y fueron a la Puente de Heume
que era deste Nu?o Freyle, y ten?an ende cercado un castillo suyo donde
estaban su muger y sus hijos. Cuatrocientos hombres y m?s destos que
se llamaban Hermanos, pelearon con ellos y descercaron el castillo y mu
rieronal algunos de los Hermanos, y otros fueron presos y enforcados,
y as? se apacigu? este caso de Galicia? (i).
Una p?gina de sangre m?s en los anales del mundo...
?Qu? importa?...
La agitaci?n del elemento popular fu? breve, y mucho falt? para que
llegara a quebrantar el poder de la nobleza, pronta a la acci?n y aperci
bida a la defensa, al abrigo de los ce?udos torreones cuyas ruinas, dis
persas en inaccesibles alturas como nidos de ?guilas, recuerdan a?n hoy
el cruel y prolongado martirio de la infortunada Galicia de los siglos
medios. ,
Lejos de eso, la aborrecida dominaci?n de los se?ores de Andrade
continu? pesando con desp?tica fuerza sobre . los infelices villanos de
Ferrol, Puentedeume y Villalba (2), y la preponderancia feudal adquiri?
mayor intensidad y cohesi?n, a consecuencia del r?pido y f?cil triunfo,
alcanzado contra los desvalidos Hermanos, con el auxilio del Trono, en,
cuyas rentas ni contra su justicia no tocaban, seg?n las palabras del mi
nucioso cronista de Juan II a que acabamos de referirnos.
(1) P?rez de Guzm?n, Cr?nica de D. Juan II, A?o xxxr, cap. 197.
(2) Los villanos (villani) formaban la clase intermedia entre los siervos
y los hombres libres; estaban, lo mismo que los primeros, adscritos a la tierra o
a una porci?n llamada villa, de la que tomaron su nombre, y con la tierra, pa
saban a ser del dominio del propietario de ella. Ducange, Glossarium medite et
infimce latinilatis, voc. Villanus, t. vi.