116 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
belleza poblado por seres vivos, porque el autor, que estiliza sus
personajes, no los esteriliza.
HUMORISMO
Un?nimemente es reconocido el humorismo de Wenceslao
Fern?ndez Fl?rez como su nota distintiva, y para su estimaci?n
se han mencionado los nombres m?s ilustres de la literatura
universal.
Naturalmente que el humorismo no es una creaci?n de Fer
n?ndez Fl?rez, es muy anterior, y aun se puede afirmar que
detalles de humor aparecen con marcadas diferencias en obras
de Juvenal, en Rabelais, HeMe, Quevedo, Boccaccio, etc. Inclu
so algunos cr?ticos los encuentran, no sin raz?n, en pasajes de
S?crates, Plat?n o Dante. Pero es evidente que son cosas muy
distintas el humorismo y las notas de humor.
Hoy pasa como una manifestaci?n literaria oriunda de In
glaterra ?y abonan esta afirmaci?n los nombres de Thackeray,
Swift, Dickens, Wilde, Chesterton, J. K. Jerome y Bernard
Shaw?, que fructific?, por ser el terreno m?s favorable para
su desarrollo, en la raza c?ltica, y bastan para probarlo, am?n
de algunos de los citados, las obras de Ega de Queiroz, de Valle
Incl?n, de Luis Taboada, de Julio Camba, de Castelao y de
Wenceslao Fern?ndez Fl?rez.
No es ?ste el lugar adecuado para aprobar o reprobar las
anteriores teor?as, pero es indudable que en Espa?a el humo
rismo, que comienza a asomar t?midamente en Palacio Vald?s,
no se despliega en toda su frondosidad hasta que surge Fer
n?ndez Fl?rez.
Quien desee conocer la opini?n del escritor gallego acerca
del humor debe leer su discurso de ingreso en la Real Academia
Espa?ola, en 14 de mayo de 1945, al que dio contestaci?n el
secretario de la Corporaci?n Julio Casares. El texto de ambos
discursos vale por una exposici?n de los conceptos respectivos
acerca del humorismo. De ellos pretendo destacar alguno de
los puntos que juzgo m?s interesantes. Es uno de ellos el que
indica que la literatura est? siempre, m?s o menos secreta
mente, inspirada por el descontento. Este sentimiento, que en