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194 jolet?n de la Real Academia Gallega
La tradici?n familiar y el medio en que vivi? le destinaban ? la
honrosa profesi?n de las armas. Su abuelo fu? un bravo militar que
despu?s de haber luchado heroicamente en Trafalgar y de sufrir un
largo y penoso cautiverio, recib?a la muerte en las Ventas de Armend?a
por los realistas, en 1823, defendiendo la causa liberal,.
Fu? su padre brillante jefe de la Armada, y entre sus antepasados
cuenta al general D. Pablo Morillo, primer Conde de Cartagena, nom
, bre que todos los vigueses recordamos con especial gratitud y admira
ci?n, por ser el caudillo que rescat? nuestra ciudad del poder de los
franceses.
No bien acabados sus estudios de cadete, pas? ? la Isla de Cuba
donde ard?a una de tantas guerras como las que ensangrentaron su
hermoso suelo, y all?, bati?ndose con singular denuedo, hizo sus pri
meras arenas, revel?ndose como digno continuador de una familia en
que la bizarr?a era tradici?n.
En los sucesos ocurridos en la Rep?blica Dominicana de 1865 ?
1867 tom? parte brillante y activa, peleando heroicamente en cuantas
acciones tom? parte, hasta que herido con dos balazos fu? cogido pri
si?nero, y no fu? muerto gracias ? la intercesi?n de una ilustre dama.
Dur? su cautiverio 21 meses mortales. En ellos di? pruebas de un
valor y sufrimiento extraordinarios. La sujecci?n dura y penosa ? que
se hallaba sometido, las privaciones y torturas que padec?a, el rigor
del clima y el triste fin de sus compa?eros, no fueron bastante, ni ?
debilitar su ?nimo esforzado, ni ? entibiar el entusiasmo por la noble
causa que defend?a. Premio concedido ? tan ejemplar comporta
miento, fu? la medalla de sufrimientos por la Patria, que su pecho
honroso ostenta.
En 1870 y 71 se encontr? en las operaciones de la guerra civil
en las provincias vasconavarras; asisti? a la toma del Arsenal del
Ferrol, distingui?ndose tanto en esta acci?n que el Gobierno le conce
di? por ese hecho de armas el empleo de comandante, y con el de te
niente coronel, alcanzado tambi?n por m?rito de guerra, oper? contra
los carlistas en la provincia de Tarragona, demostrando siempre con
diciones de valor sereno y dotes de mando excepcionales.
Est? en posesi?n de la Gran Cruz del M?rito Militar, de la Cruz y
Placa de la de San Hermenegildo, de la del M?rito Naval roja, y de
otras muchas por m?ritos de guerra y servicios especiales.
Si estos merecimientos como soldado, son, como veis, sobre3alien
tes, no lo son menos los que como historiador y hombre de letras ha t