EL FINAL DE UNA ESTIRPE 33
tante 6 y se han hecho algunas exposiciones antol?gicas de su
obra.
Poco, pues, podremos a?adir a lo ya dicho, que fue mayor
mente conocido gracias a los papeles que del artista nos leg?
su hermana Gala, gemela suya.
As? como negamos rotundamente que en febrero de 1923
existiese un nieto de don Manuel Murgu?a, hijo de Aura, pu
, diese acontecer que de los amores que Ovidio tuvo en Madrid
hubiese quedado fruto. Do?a Gala nos dec?a que Ovidio ten?a
una novia en la Corte cuando su hermano estuvo all? por los
arios de finales de siglo. No sin cierta melancol?a y hasta con
visible tristeza nos confesaba que sus hermanas y aun ella
misma se hab?an puesto de acuerdo contra aquella mucha
cha a quien no conoc?an pero de la cual no ten?an muy buenas
referencias, seg?n la opini?n manifestada por su primo Ale
jandro P?rez Lug?n.
Ocurri? que, cuando Ovidio vino a La Coru?a, tra?do por
su 'hermano pol?tico se?or Prats, atacado ya por la terrible tu
berculosis que dar?a fin a su vida, dejaba all? una mujer, al
parecer encinta, que constantemente le escrib?a y sus hermanas
imped?an que sus cartas llegasen a ?l rompi?ndolas antes. Ovi
dio, si no muri? desesperado por el supuesto olvido de su novia,
poco le falt?. Ella, por otra parte, no tuvo los arrestos suficien
tes para presentarse en La Coru?a y verle, poniendo las cosas
en claro. Muerto Ovidio, sus hermanas encontraron entre sus
papeles el retrato de aquella moza, que reproducimos, el cual
lleva al dorso la siguiente dedicatoria: "A mi m?s querid?simo
apreciable Ovidio que te quiere con delirio tu Visitaci?n Oliva.
Mayo de 1899".
?Qu? fue de Visitaci?n Oliva? ?No tuvo ese ni?o del que nos
hablaba do?a Gala que debiera haber nacido, o por el contrario
lo tuvo y muri?? ?Vivi? mucho o poco? Si ha vivido y ha tenido
descendencia nos gustar?a que ?sta supiese que la acci?n de
unas hermanas inspirada en los mejores prop?sitos ellas mismas
Vid. "El sentimiento l?rico materno en la pintura de Ovidio Murgu?a",
discurso le?do en su recepci?n de miembro numerario de la Real Academia Ga
llega por don Jos? Luis Bugallal Marchesi, 'La Coru?a, 1951; y nuestro discurso
de ingreso como acad?mico de n?mero de la Real Academia de Bellas Artes de
Nuestra Se?ora del Rosario, La Coru?a, 1968.