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Doletin de la Real Academia Gallega 17;
Establecidos los jesuitas en esta pr?spera ciudad, a pesar: de la oposi
ci?n del Cabildo colegial y de los conventos de Santo Domingo y San
Francisco, desde 1673 hasta 1766, buena parte del hospital de " San An
dr?s sirvi? de alojamiento a los hijos de San Ignacio, vi?ndose los ma
reantes reducidos a las m?s imprescindibles necesidades de su fundaci?n;
y tan escasos de auxilio para atenderla, que s?lo con frecuentes limosnas
del vecindario pod?an satisfacerlas.
Y. mientras los jesuitas sal?an para su hermoso templo y convento,
los mareantes ve?an derrumbarse su iglesia, seg?n consta de una visita
pastoral girada a esta ciudad durante el siglo xvu, en tiempos del Arzo
bispo de Santiago, D. Antonio Monroy, en la que dice de aquel edificio:
?Visit? la iglesia de San Andr?s que est? en t?rminos de la parroquia de
San Nicol?s y h?llase arruinada desde su medio cuerpo hasta la puerta,
por haberse hundido el techo: mand? S. S. que el capell?n del hospital
que all? reside, a cuyo cargo est? el decir misa en dicha iglesia, en inter?n
que no se cubre y reedifique dicha iglesia, cuando suceda haber aires
recios o tempestades en que pueda temerse alg?n g?nero de riesgo en el
celebrar el santo sacrificio de la misa lo escuse y la diga en otra parte; y
en dicha iglesia procure que las ` im?genes que est?n . o hubieren en las
dos colaterales, no se les maltrate, antes se recojan en parte decente, a fin
de que no se maltraten...?
Tal era el lamentable abandono en que los mareantes coruneses te
n?an la capilla y hospital de San Andr?s.
Con las necesidades de la poblaci?n, pens?se en el establecimiento
de un hospital en donde pudieran suplirse las deficiencias que se observa
ban con los existentes. El esp?ritu caritativo de una convecina, Teresa
Herrera, movi? al pueblo respecto a esta noble empresa y despu?s de
grandes esfuerzos, pudo conseguirse, que hacia los a?os de 1791 se co
menzase la obra, que en buena parte fu? costeada por el Arzobispo de
Santiago.
Cubiertas las atenciones de la beneficencia local con el nuevo asilo,
el Gremio de Mareantes, dedic?se ?nicamente al sostenimiento del culto
en la vetusta capilla;, quedando el hospital, convertido en determinadas
?pocas, en.alojamiento de tropas u hospital de sangre, en circunstancias
dolorosas para el pueblo.
En situaci?n verdaderamente deplorable permanecieronaquellos edi
ficios hasta Junio de r879, en que el Ayuntamiento de esta )ciudad pas?
a sus propietarios una comunicaci?n manifest?ndoles ?que en vista del
estado ruinoso en que se hallaba la techumbre de la capilla, se cerrase al
culto, a fin de evitar desgracias si llegase a desplomarse?. La Hermandad