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222 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
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llazgos arqueol?gicos que nos hablan de remotas edades y
grandezas.
C?mplenos referirnos hoy a Maci?eira agricultor, labra
dor capacitado que ? predic? con el ejemplo. Y subrayar tam
bi?n la obsesi?n tenaz, que vi? trocada en hechos, de enlazar
la comarca con una densa red de caminos vecinales, mien
tras tomaba cuerpo la aspiraci?n nacional, a la que ayud? `
tanto,, de unir con los carriles de acero del tren el territorio
asturgalaico.
Evoquemos, pues, al propagandista eficaz del agro ?otros
lo juzgar?n en distintas fases?, que desde la tribuna, en las
columnas de la Prensa y en folletos y fasc?culos interesantes
divulg? consejos pr?cticos, combati? el absentismo y ri?? ba
tallas contra la incomprensi?n y la rutina.
En el balance de su vida ejemplar, estos son gallardos
hitos de, la actuaci?n de D![aci?eira en el ambiente urbano y
en ?l rural, trasunto de un noble ideario que comprendi? es
cuelas: caminos, repoblaci?n forestal y atenci?n celosa a las
crecientes necesidades del campo. ? Cu?ntos programas pol?ti
cos tuvieron anta?o menos contenido, relieve y efectividad!
No fu? pol?tico Maci?eira, aunque sus merecimientos y
el franco asenso de sus convecinos lo hicieron concejal, al
calde y diputado provincia] en un largo per?odo. No fu? pol?
tico, pese a haber militado con su t?o, un pr?cer y austero
dem?crata, soberbio ejemplar de la raza c?ltica, y con Fer
n?ndez Latorre entre los leales amigos del marqu?s de Alhu, ?
cemas. Toda su actividad, influjo y talento los consagr? al
servicio inmediato y tangible del pa?s que tanto amaba.
Tuvo para ello asesores y valedores inestimables en sus
grandes amigos los fervientes y destacados ortigueireses 'don
Manuel Sandomingo y Manuel Casariego; y claro que tam
? bi?n en los diputados a Cortes, entra?ablemente enraizados
con aquel distrito, Ozor?s de Prado y Gull?n Garc?a Prieto.
Facilit?ronle la buena obra en prolijas etapas, y obtuvieron
el concurso oficial indispensable para coronarla con ?xito.
As? fu? dable que el territorio contase, en un lapso de
tiempo relativamente breve, con infinidad de caminos que
responden a las necesidades del pa?s, cuya topograf?a conoc?a
Maci?eira como nadie. Hasta el ?ltimo curruncho del con