jolelin de la Real Academia Gallega '193
de estos frescos. Lo que p?db ponerse ' al descubierto representa
un hombre desnudo, de bien marcada anatom?a, tapadas con un ?
lienzo blanco las partes pudibundas, y otro, celada la cabeza, se
?alando al primero con el ?ndice. Muy probablemente sea un trozo
de la pasi?n de Jesucristo, o tambi?n la resurrecci?n de L?zaro. El
permanecer en parte cubierto sustrae a este fresco alg?n m?rito,
que en cambio brilla por entero en los otros dos que inmediata
mente le siguen, los cuales constituyen, a nuestro entender, ' por la
dif?cil composici?n del conjunto y lo seguro de la ejecuci?n, una
excepcional riqueza iconogr?fica.
El del medio, que est? sobre el Oleo de Santa B?rbara, es de
tan vivo realismo, tan lleno de vida, de vigor y movimiento, que
parece trasunto de alg?n viejo tapiz flamenco. Alre?dedor de una
mesa bien provista de licores y viandas celebran orgi?stica baca
nal unos cuantos comensales de calzas cortas, con las carnosas pan
torrillas al desnudo, mientras un extra?o acr?bata parece divertir
los con sus juegos. A las puertas del fest?n llega un mendigo en
demanda de caridad y los de dentro le azuzan los perros que se
abalanzan a morder las fl?cidas carnes del pordioser?.
Por ?ltimo, en el de la parte superior, aparecen tres jinetes de
traza oriental, caballeros sobre briosos corceles ricamente enjae
zados, con las bridas enfrentadas hacia el altar. Es un grupo de
gran fuerza pl?stica, que con toda probabilidad representa Ia ca
balgata de los reyes magos hacia Bel?n, siendo de notar el distinto
colorido de cada cabalgadura y la vigorosa perfecci?n de sus l?neas.
?Qu? ?poca es dable atribuir a estos frescos? Indudablemente
que se trata de pinturas murales de lo mejor y m?s antiguo en Ga
licia. As? lo han reputado, estim?ndolas del siglo xiti, autoridades
de tan alto fuste como los grandes maestros norteamericanos en'
Bellas Artes Mr. Chauncey Brewster Tinker, profesor de Yale Uni
versity, y Mr. Chandler R. Post, Doctor en Filosof?a de la Univer
sidad de Harvard Cambridge, que, con otro calificado arque?logo,
el R. P. William Pitt Mc. de New York, han estado recientemente
en San Martin, en su viaje de estudio de' nuestro arte pict?rico a
trav?s de las tierras espa?olas. Hay que concederles, por de pronto,
una antig?edad mucho m?s all? del siglo xv por corresponder a
extratos de cal inferiores a la de Santa Barbara, seg?n ya hemos
subrayado.
Desde Villaamil atr?s, cuantos escritores escribieron de' San
Martin Fl?rez entre ellos?, guardar?n silencio respecto a todas