BOLET?N DE LA ACADEMIA GALLEGA 179
plina mental, sol?a reprocharse amargamente, no s?lo haberse sentido
inspirado por esta figura hist?rica en entredicho, sino principalmente
de haberlo publicado, contribuyendo as? a la difusi?n de una superche
r?a m?s sobre las que entenebrecen y desfiguran la historia de Galicia
de fines de la Edad Media. El af?n fetichista de algunos escritores
gallegos, les indujo a multiplicar los h?roes de un fant?stico walhala
regional, olvidando que el ?nico h?roe glorioso, defensor, sin duda
inconsciente, de la autonom?a de la tierra vern?cula y en todo caso
enemigo de las arbitrariedades y depredaciones de los se?ores feu
dales, fu? el pueblo de Galicia, organizado en aquellas gloriosas ? Hir
mandades ?, cuyo sentido democr?tico, innato en la regi?n, se muestra
en sus gloriosas rebeld?as.
He aqu? el famoso soneto:
Ce?ida de cipr?s mi torpe lira
Exhala melanc?licos sonidos,
Tristes como los ?ltimos gemidos
Del guerrero infeliz que los inspira.
A su recuerdo el coraz?n suspira
Y suspende indeciso sus latidos,
Y asoman a los ojos encendidos
L?grimas de dolor, hambrientas de ira.
Vendi?ronle y compr?ronle traidores,
Y de la guerra efi la infernal balumba
Como bueno acab?!... Presten las flores
Perfume al viento en que su credo zumba,
Himnos de honor los viejos trovadores,
Paz y descanso su olvidada tumba!
Jos? G. ACUSA.
La Coru?a, Mayo de 1933.