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Bolet?n de la Real jgcademia Gallega. 89
todo si hacen el oficio de lavaderos, qu? prestaban el servicio de altares o
mesas de supuestos sacrificios humanos, (r) localizando, adem?s, en, mu
? chas de estas sepulturas determinadas leyendas y supersticiones, ''intere
santes y curiosas, como, restos que son, algunas de ellas, de antiguos cul
tos y herej?as cuyo estudio va 'constituyendo en nuestra regi?n una
? necesidad imperiosa. ?
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Y aunque no es, quiz?s, la ocasi?n de exponer las que llevo recogi
das, al hablar, sin embargo, en estas l?neas del concepto equivocado que
muchas gentes han tenido de estos sepulcros no debo, a mi juicio, dejar
de mencionar algunas tan extendidas y ruidosas como la de Santa Marina
de Aguas? Santas, en la provincia de Orense, (aunque por no contarse de
un sepulcro antropoide no parezca muy oportuna) cerca de cuyo santua
rio se conserva un pe?asco con una cavidad rectangular que tiene '?todas
las apariencias de un sepulcro? (2), y que tal vez lo haya sido apesar del
ancho que presenta, rodeado de un cercado que quiz?s limite el per?me
tro de una antigua capilla, y del cual por recoger naturalmente las aguas
de lluvia dice la credulidad de las gentes que es una pila abierta milagro
samente en la pe?a para que la Santa se refrigerase al salir del fuego en
que sufriera martirio, con lo cual, dicho se est? que tales aguas pluviales
tienen un milagroso poder curativo de fama enorme en la comarca del
o??Limia. La misma leyenda de las aguas santas o milagrosas, tan extendida
en Galicia, se cuenta tambi?n de una sepultura antropomorfa que ~existe,
si mal no recuerdo, en la antigua capilla de San Juan de' Candeda, parro
quia de Villamarin, en la misma provincia. Por sepultura de San Juan,
(1) Eterna monoman?a de muchas gentes empelladas en ver, en cuantos
monumentos rocosos o megal?ticos se conservan, restos de cultos inhumanos.
Autores tan modernos y eruditos como D. Alfonso Montero Espinosa (Compen
dio de la Historia de Espa?a, p?g. 25), aun afirman que los d?lmenes eran alta
res para el sacrificio de las v?ctimas; y as? lo sostiene tambi?n, sin m?s raz?n
que su palabra, D. C?sar Luis de Montalb?n, en un trabajo acerca de Pinturas
rupestres y piedras de sacrificio, publicado en La Esfera, de Madrid, en el n?
mero correspondiente al 11 de Mayo de 1918, en el cual reproduce un mal?simo
dibujo de nuestro dolmen de Dombate, que esgrime como muestra de semejantes
altares. Parece que se gozan en hacer a nuestra patria el flaco servicio de soste
ner, con m?s audacia que razones, que en ella fueron corrientes, comunes y ge
nerales unas pr?cticas tan salvajes y feroces, cuya existencia solo puede dedil.
cirse de los textos de Estrab?n y de Plinio cuando aluden al trato que galaicos
y lusitanos daban a los prisioneros; pero nunca comprobarse con estos supuestos
altares que, para mayor rid?culo, presentan como la prueba m?s concluyente al
gunos autores.
(2) P?g. 351 del tom. IV del Bolet?n de la Comisi?n de Monumentos
de Orense (Recuerdos de Aguas Santas, por Fr. Feliciano Calvo).