148 $oletin de la Real kcademia Gallega
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tura, admirar. Cautivan nuestra atenci?n y nos invitan a su estudio las',
costumbres de otros paises, m?s que por su propia rareza y su relativa
importancia, por ser de lugares apartados y llevar el sello de extranje
rismo, y no nos mueve, en cambio, a conocer, el modo de vivir' de
nuestros monta?eses, no menos desconocido, ni con menos encantos que
el pastor que apacienta sus ganados en las monta?as del Tirol, el peg *
cador de las costas neblinos?s de Noruega.
Si estuvi?semos acostumbrados a saborear las bellezas de la natura
leza, y gust?semos de estudiar nu?stras propias costumbres, nada m?s
grato ni, m?s ameno que una excursi?n por las sierras de Antares, Ce
brero y Caur?l, las < m?s altas de nuestra regi?n, y qu? juntan m?s que
separan, las'.tierras asturianas,.leonesas y galaicas; y en donde a lo im
` ponente del espect?culo de la monta?a, se unen unas costumbres, y unas
leyendas, y unas tradiciones, y unos romances, y en una palabra, todo
un mundo de poes?a capaz de cautivar a los esp?rit?s de cultura menos
refinada.
No dir? que los campesinos vivan all? como hace siglos, ni est?n tan
ignorantes del mundo como en las Hurdes, pero lo especial de aquellas
monta?as y aun de aquellas gentes, ni raras ni torpes, consienten, si no
lo impon?n, una manera de vivir, y, sobre todo, de morar, que se aparta
en absoluto de todo lo conocido, no s?lo en Galicia, sine) en el resto de ;
Espana. .< I
En los lugares donde los rigores del invierno no son muy duros y
el terreno es relativamente f?rtil,'como=Vilanov?, Cervantes y Noceda, una
vivienda se compone de la pallaz?,jjel cuarto, y el h?rreo, entre cuyas
construcciones se extiende la eira, todo limitado por un muro de poca
altura. Pero all? donde los fr?os` de la sierra y la nieve de la invernada
azotan con persistencia a los pobres montafieses, la vivienda no es m?s
que la pallaza, en la que se recogen durante las largas nevadas, y de la
que no pueden salir a veces en muchos d?as, como sucede en las Casas
da Serra y en el propio Cebrero, situado en la party m?s alta de la di
visoria, a 1.293 metros sobre el nivel del mar.'
La pallaza es siempre la verdadera vivienda, y, por lo tanto, el
edificio de m?s amplitud. El cuarto viene a ser una especie de casita,
con m?s aspecto de vivienda que la pallaza, aunque de m?s reducidas
proporciones: es de forma corriente, cubierta de pizarra a dos vertientes,
y est? destinada a guardar las ropas, aperos, utensilios, etc.; es algo as?
como un inmenso armario donde el campesino guarda su riqueza; y por
Ultimo, el h?rreo, de tipo asturiano, siquiera esta forma abunde tambi?n
en Galicia, que est? montado sobre altos soportes de piedra, lo que per