194 Botella de la Real ylcademia Gallega.
de Justa cosa ha sido elegir por: patrona, de Espa?a y admitir por tal a
la gloriosa madre Santa Teresa de Jes?s. !Morovelli dijo " haber ca?do
?ste y otros dos siguientes de la pluma de un gran prelado' (1). Posi
ble es que 'a.ellos se refiera Quevedo en l? carta, in?dita, cuando ,dice
?que sin nombre de autor corre la con que es del S:?r Obispo de'Cor
dona?. Una m?s `detenida >revisi?n de la correspondencia existente en
el Archivo Capitular, es posible diera m?s luz.
'Sacaron entonces la Iglesia de,Santiago.y; el clero de Espa?a un
memorial y otro Alonso Rodr?guez de Le?n, , can?nigo y cardenal de
la propia metropolitana. (2). Contest?les con un papel Fray Pedro de
la Madre de Dios, Carmelita Descalzo, t?o del 'Duque de Medina de
las Torres (yerno ?ste; o como' mejor dice Fern?ndez Guerra, c.hijo
muy amado del CondeDuque de Olivares?), el cual Fray Pedro aun
escribi? otro de piadosas conjeturas, que fu? entregado como memorial
al Rey (3) y que Quevedo en dicha carta da como el ?ltimo escrito en
aquel momento. Hora, pues, es de que D. Francisco entre en esta mal`
perge?ada'rese?a`en que seguimos a Fern?ndez Guerra, L?pez Fe
rreiro y Barreiro 'de W.
Puestas las cosas en este estado, el Cabildo Compostelano volvi?
los ojos al se?or de la Torre de Juan Abad, pensando que el que pia
dosamente los hab?a edificado en la Vida de Santo Tom?s de Villa
nueva,' cuanto; admirado en la Pol?tica de Dios, gobierno de Cristo y
tiran?a de Satan?s, y recreado'en/la Historia del .Busc?n llamado Don
Pablos, exemplo de vagamundos y espejo de taca?os, era el sujeto que
mejor pod?a defender la atacada honra del Ap?stol de las Espa?as.
Y`pensando tambi?n (pues deb?a de saberse p?blicamente) que ten?a
escrito un Cauterio de verdad sobre el asunto que a ; ellos interesaba,
determinaron escribirle interes?ndole en ?l, mand?ndole por'fin'la 'si
guiente carta, hallada en la Real Academia de la Historia y publicada
por primera vez por Fern?ndez Guerra (4):
??Qui?n duda que en conocidas y multiplicadas obligaciones se
desembarazara vuesamerced para acudir a la defensa del Ap?stol San
(r) , Fern?ndez Guerra, op. y loc. cit., 18, ig y 20.
(2) Ib?d., 21 y 22.
(3) Ib?d., 23 y 24.
(4) Fern?ndez . Guerra, op. cit., Epistolario, p?g. 539. Procede, como : las veintiuna
que a continuaci?n da Fern?ndez Guerra, de un c?dice que se halla en la R. A. de la Histo
ria (biblioteca de Salazar y Castro, c?dice n?m. 27), mandadas encuadernar por Quevedo y
foliadas de su pu?o y letra. En 1676 pertenec?an al Marqu?s de Montealegre, presidente de
Castilla, seg?n consta en el ?ndice, impreso, de su Museo. (Vd. np. y la cit. nota (r) y Registro
de manuscritos confrontados, XL del mismo tomo.)