134 Bolet?n de la Real Academia Gallega
con la caprichosa aplicaci?n de los vocablos, ora con el abus? de neolo
gismos ?de procedencia dudosa?, y, sobre todo, una sintaxis arbitra
ria que, de no pon?rsele coto, dar?a al traste con el idioma predilecto de
Alfonso X, el Sabio.
Precisa, adem?s, recoger nuestros cantos populares, las dulces me
lod?as de nuestra incomparable m?sica; conservar los monumentos de
car?cter art?stico, testigos mudos de las pasadas edades y exponentes
de pret?ritas civilizaciones; remover los escombros de las agrestes rui
nas, en los cuales se encuentran verdaderos tesoros arqueol?gicos, como
los descubiertos no ha mucho en Portugal, y, por ?ltimo, examinar los
archivos antiguos que constituyen la fuente de la paleograf?a y de todas
las dem?s ciencias auxiliares de la Historia.
Para conseguir todo esto; para evitar la desaparici?n del idioma que
prestara los elementos constitutivos del de Cervantes y de Camoens, la
lengua con que se escribiera en el siglo Ix el Poema hecha a la perdida
de Espa?a por la invasi?n de los sarracenos; las C?ntigas, de Gonzalo
Hermfguez, en el xi; la Cr?nica Troyana, en el xiv; la Cr?nica Iriense,
del cl?rigo Ruy V?zquez, en el xv; el Nobiliario, de Aponte, en el
poes?as de nuestros trovadores, en la Edad Media, y las creaciones
sublimes de Camino, Afi?n y Rosal?a Castro, en nuestro tiempo; para
impedir que el arado sepulte bajo su . reja : o pase brutalmente sobre los
tesoros arqueol?gicos que tanto abundan en nuestra regi?n, especial
mente en su zona meridional, tesoros que tanta luz est?n llamados a dar
a la ciencia y tanto esplendor a nuestros futuros museos provinciales;
para conservar la pristina pureza de nuestros cantos populares, donde
parece vibrar, al trav?s de los tiempos, el esp?ritu indomable y amoroso
de nuestros progenitores; para conseguir todo esto, repetimos, se ha ins
tituido la Academia Gallega.
T?caos ahora entrar libremente en el ejercicio de vuestra alt?sima
misi?n. Bajo el lema ?Colligit, Expurgat, Innovatque?, inspir?ndoos en
sus elevados preceptos, acometer?is en primer t?rmino la formaci?n de
un Diccionario y la Gram?tica oficial de nuestra lengua; y tanto para
?ste como para los dem?s fines, deber?is solicitar el apoyo y protecci?n
del poder central, apoyo y protecci?n que viene prestando, con excelente'
sentido nacional, a las Academias provinciales que ,florecen en Andalu
cia, Arag?n, Valencia y Catalu?a.
Poco m?s tenemos que deciros, se?ores Acad?micos; y, .por otro
lado, no es nuestro ?nimo embargar vuestra atenci?n haci?ndoos reco
mendaciones t?citamente consignadas en nuestros respectivos regla
mentos.