Dolelin de la Real Ycademia Gallega 139
voto de sentimento pela morte de D. Eladio Oviedo y Arce e apresentar
a essa Academia os sentid?ssimos p?sames desta sociedade scient?fica pela
perda de tan ilustre e sapiente galego.? ?
Asimismo el importante peri?dico de aquella ciudad, A Aurora do
Lima, del 23 del propio mes, publica un detallado extracto de dicha se
si?n, en el cual, y bajo el ep?grafe (litros asuntos,' se l?elo siguiente:
?O sr. engenheiro Bravo chamou a aten??o do Instituto para o
n.? 122 do BOLETix da Academia Galega, que estava sobre a mesa e onde
se lia urn interessante parecer de Oviedo Arce Acerca da importancia dos
documentos pontevedreses, que reavivam a velha pretens?? da nacionalidade
hespanhola de Colombo
?O sr. J?lio de Lemos diz conhecer o artigo de Arce, por nele lhe
ter falado o sr. O'scar de Pratt e cita, a prop?sito, o primoroso estudo
do sr. Patrocinio Ribeiro, a respeito'do mesmo problema, inserto no ?l
tmo volume dos Trabalhos da Academia de Sci?ncias, no qual o ilustre
acad?mico reivindica para Portugal a gloria de ter dado ao mundo o. des
cobridor da Am?rica.
?Informa, depois, que o cr?tico magistral da obra de Riega havia fale
cido em Janeiro e prop?e (e assim se resolve) que se enviem ? Academia
Galega os p?sames do Instituto, pela enorme perda que a mesma sofreu
com a morte do s?b?o sacerdote galego.?
Agradecemos cordialmente a la ilustre y docta Corporaci?n lusitana
el recuerdo que dedic? a nuestro finado amigo, como tambi?n las senti
das frases que con tal motivo nos dirige en el mencionado mensaje.
CESI?N, A FAVOR DE LA ACADEMIA, DE LOS LIBROS QUE, PROCEDENTES
DE LA BIBLIOTECA DEL EXTINGUIDO CONVENTO DE MONTEFARO, SE CUSTODIAN
EN EL ARCHIVO DE LA DELEGACI?N DE HACIENDA DE ESTA PROVINCIA
Es demasiado sabido, que al decretarse la extinci?n de las Ordenes
religiosa, en 1835, el Estado, al propio tiempo que secuestraba las pro
piedades de las mismas, se incaut? tambi?n de cuantas alhajas, muebles,
documentos, libros, etc.,, se hallaban dentro de sus iglesias y casas con
ventuales.
De todas estas alhajas, obras y escrituras, se hicieron cargo las Inten
dencias civiles de aquella ?poca, deposit?ndolas en los edificios de la Ad
ministraci?n P?blica, unas, para ser vendidas, y otras, las que ten?an ex
cepcional valor hist?rico o art?stico, para ser conservadas en las bibliote
cas, archivos y museos nacionales.
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