2 Bolet?n de la Real ylcademia Gallega
cuanto que toda ella s? encamin? a difundir nuestra Literatura y. a
escudri?ar nuestra Historia, hasta tal punto, que la capital de Galicia,
haciendo justicia a sus merecimientos, se hab?a considerado obligada a
otorgarle el honroso y bien ganado t?tulo de cronista de la ciudad, por
voto un?nime de la representaci?n popular.
Y ah? quedan como recuerdo imperecedero de sus entusiasmos, de
sus arrestos emprendedores, de sus generosidades y de sus abnegacio
nes, los cincuenta y tantos vol?menes que edit? en su inolvidable
Biblioteca Gallega, por cuya puerta, abierta siempre a todos los nobles
anhelos, salieron al campo de la literatura y de la poes?a muchos nom
bres que hasta entonces eran desconocidos y que ahora, gracias a ?l,
figuran en la falange literaria de Galicia; ah? quedan las interesant?si
mas monograf?as que public?, dedicadas todas ellas a puntos de tras
cendental importancia para nuestra historia; ah? quedan para su gloria
y para nuestro orgullo los Documentos gallegos in?ditos, que di? a luz
para esclarecimiento de muchos puntos obscuros de nuestro pasado, y
las curios?simas obras que escribi? con gran acopio de datos descono
cidos, como la que se titula El Cerco de la Coru?a en 1589; ah? quedan
los vol?menes de aquella famosa revista mensual Galicia, que hoy se
buscan y se leen con avidez, y en la que, bajo su docta direcci?n, res
petuosamente escrupulosa con todas las opiniones ajenas, se trataban
con alto criterio los m?s complejos asuntos de arte, literatura, historia
y arqueolog?a; ah? queda adem?s la" reproducci?n ?ntegra de la Cr?nica
Troyana, c?dice gallego del siglo xiv que es un verdadero monumento
de nuestro l?xico regional, y cuya publicaci?n en dos grandes vol?me
nes constituye por s? sola el mayor servicio que pudo prestarse jam?s
a la literatura gallega.
1 J?zguese por todo ello si el Sr. Mart?nez Salazar no ten?a bien
merecidos los respetos y las consideraciones que todos los buenos hijos
de Galicia le guardaban por justos y leg?timos t?tulos y por propios y
personales m?ritos. Esos t?tulos y esos m?ritos fueron los que, a la
muerte del glorioso Patriarca de nuestras letras, D. Manuel Murgu?a,
le llevaron por voto un?nime a ocupar la Presidencia de la Real Aca
demia Gallega, para cubrir la vacante de aquel gran historiador.
No pudo el Sr. Mart?nez Salazar desarrollar en nuestra Corpora
ci?n sus fecundas iniciativas y sus grandes proyectos, inspirados todos
en el santo amor a Galicia y a la cultura regional. La enfermedad que
le llev? a la tumba min?' en poco tiempo su recio organismo de lucha
dor incansable, y fu? agotando sus vigores f?sicos, que parec?an tener
una fuerza y una robustez indestructibles, haci?ndole rendir su inexcu