22 BOLET?N ' DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
Recu?rdese su poes?a titulada ?Llanto de la Flota por una ninfa
gallega?, composici?n que comienza as?:
Pois que sempre alg?n Massin
tacha a milla boa ley
d?ixenme chorar isin fin
desgracias en que nac?n
na lengua en que me criei,
CAP?TULO
El P. Feij?o y el juicio de sus censores
Cuanto hasta ahora se expres? para definir la personalidad del
P. Feij?o es una s?ntesis extremadamente concisa del juicio que, a nues
tro entender, mereci? su vida y su obra a trav?s de sus textos y de
las referencias de algunos de sus principales bi?grafos y comentadores.
Nuestro principal prop?sito al trazar estas p?ginas ha sido tra
ducir tambi?n muy brevemente, el concepto en que le tuvieron los que
vivieron' en su tiempo, no porque esto signifique ninguna novedad, ya
que pr?digamente se consign? antes y despu?s ' en las investigaciones
que se le han dedicado.
Esta labor puede realizar f?cilmente cualquier lector deseoso de
conocer Iel contenido de los escritos del sabio benedictino. Pero con
sideramos de especial inter?s reducir a t?rminos sencillos una ex
posici?n de las opiniones emitidas por los contempor?neos del autor del
Teatro cr?tico, que, en general, ' circulan dispersas en los estudios de
unos y otros cr?ticos y observadores, procurando agruparlos sint?tica
mente, a la mayor facilidad de su propaganda, entre las gentes no es
pecialmente iniciadas en la exploraci?n de la obra feijoniana.
Y para ello ser?a suficiente revisar con atenci?n, `aparte del texto
de sus obras, los ?Pr?logos?, ?Dedicatorias? y notas de ?Aproba
ci?n?, ?aunque no tengan otro car?cter que el de una sugestiva curiosi
dad. Aspiramos a un brev?simo sumario de vulgarizaci?n de tema que
merece una mayor 'expansi?n.
Y lo primero que ha de interrogarse es: ?c?mo le juzgaron sus
?ntimos contempor?neos? Aparte de la declaraci?n un?nime de man
tener y patrocinar la notoria ortodoxia de sus doctrinas, aun en aspec
tos en que el P. Feij?o di? libre vuelo a su pensamiento, es muy in
teresante determinar c?mo percibieron el m?rito de sus escritos.
Y la contestaci?n aparece clara y expl?cita en los dict?menes que
rindieron monjes, frailes y catedr?ticos de diversa categor?a, como
obligado tr?mite para autorizar la publicidad de sus magistrales es
tudios.
Preferimos recoger los informes emitidos en las ediciones y
nuevas impresiones que sucedieron a los primeros de sus escritos,
porque ya conocido su texto puede formularse una m?s fundamentada
opini?n.