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BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 297
tancia; tr?tase sencillamente de facilitarles, ante la sociedad,
representaci?n de envidiable papel de doctos, aun sin lastre ,
de ciencia que lo justifique a los ojos del propio interesado.
V?ase aqu? lo que ingenia para suplir en ellos con decoro so
cial, la infecundidad relativa de su talento: ?..la opini?n
de' tal (de sabio). sin mucho entendimiento se puede conse
guir, porque hay en, esta materia un quid pro quo cuya re
ceta s?... Comp?nese dicha receta de los ingredientes que
siguen. Lo primero, "un? feliz memoria, en que se pueden
almacenar muchas noticias literarias. Lo segundo, una cons
tante aplicaci?n a recoger multitud de ?stas. Lo tercero, una
abundante verbosidad. Y finalmente, una buena dosis de au
dacia o satisfacci?n de s? mismo; de modo que, suceda loa,
que sucediere, no se corte ni se acobarde jam?s, sea en actos
p?blicos, ni en conversaciones privadas?. Semejante receta,
se?ores, que pudiera tomarse por fina s?tira contra los llama
dos ?sabios a la.violeta? la robustece, luego, Feij?o, con la
seriedad de su testimonio. ?Yo he observado ?concluye la
eficacia de esta receta en algunos sujetos que con el uso de
ella pasaron entre la multitud por muy ingeniosos y doctos,
sin tener m?s que una inteligencia superficial?sima de lo mis
moque con mucho af?n hab?an mandado a la memoria?. (1) .
A esto se reducen, se?ores, los principales est?mulos con
que el gran pol?grafo del siglo xvnr trata de incrementar en
tre el p?blico el desarrollo de la vida literaria, cuyo punto de
partida ,es el estudio de la Ret?rica y cuyo perf?ccionamiento
pr?ctico, basado en el manejo de los modelos, as? nacionales
como extranjeros, hemos visto anteriormente. Tiempo ser?,
por lo mismo, de adelantarnos ahora a exponer la cuesti?n de
estilo, consolidado en forma a que dichos medios deben con ?
decir, como a logro pr?ctico de tan trabajosos' afanes.
(Continuar?).
4,
(1) Ibid., p: 220.
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