250 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
de acero que blandida culebrea y refulge. Enfrente
la monta?a, donde se escalonaban, a manera de
gradas de colosal anfiteatro hileras de paredones de
sostenimiento para las vi?as, constru?dos con pie
dras blancuzcas (2).
La vegetaci?n lujuriosa de los declives se opone violentamen
te a la aridez de ciertas colinas, pero en el conjunto, con, sus
caminos hondos ocultos bajo, la cuna de los p?mpanos el con
junto nos aparece como un pals sorprendente.
?A veces Segundo cruzaba un pinar; de repente
entre dos vallados, aparec?a un angosto sendero
orillado de zarzamoras, digital y madreselva y a
menudo experimentaba " Segundo la impresi?n de
bienestar que causan a las horas de sol los toldos
vegetales y trotaba al amparo de un t?nel de ver
dura, un emparrado alto sostenido en poste de
piedra? (3),
En este pals la vegetaci?n del jard?n frente la mansi?n de
las vides es exuberante, ?tropical?.
La ?Monta?a? es un pa?s m?s monta?oso por el cual corre
tambi?n el Avieiro. Los casta?os y los robles alternan con las
plantas silvestres. La vida y los campos de cereales se refugian
en el valle.
En ?Buc?lica? el protagonista precisa la situaci?n de su
propiedad:
?est? enclavada en una de las mejores comarcas
de Galicia, donde se tocan las provincias de Oren
s? y Pontevedra? (4).
y describe en particular la flora que brota al borde del r' ?o; los
olmos y las ca?ahejas, los lirios, los casta?os.
(2) Ag. t. I, p. 192.
(3) Ag. t. I, p. 192.
(4) Ag. t. I, p. 201.