28 $oletin de la Real Academia Gallega
bellas damas, que a manera de apoteosis festonan este espect?culo con
las galas de su radiante hermosura, dejando en el esp?ritu impresi?n
inefable, est?ticamentearrobadora. (Aplausos estrepitosos).
Y ahora permitidme, se?ores, que con toda la vehemencia de mi
alma, con todas las efusiones de mi esp?ritu, con todos . los entusiasmos
de mi coraz?n, dedique un saludo cari?oso a los quince socios fundado
res del Centro Gallego con el n?mero uno a la cabeza (el orador se?ala
a la mesa donde est?n' reunidos), el veterano D. Jos? Mar?a Allegue.
(Prolongados y estrepitosos aplausos).
Yo, se?ores, m?s que los generosos aplausos con que est?is aco
giendo mis palabras, con que cort?smente me est?is animando a prose
guir este turno, os agradezco ?y contad que vuestra benevolencia mue
ve mi coraz?n a gratitud imperecedera? os agradezco, s?, esos aplausos
espont?neos, atronadores, fren?ticos, con que salud?is a los quince pa
triarcas que presiden este grandioso banquete; pues ellos, los ?nicos que
siendo gallegos han sido invitados expresamente para concurrir a este
r. acto; los que han contribuido a la formaci?n, crecimiento y desarrollo
de. Corporaci?n, sin desmayos, ni claudicaciones, ni apostas?as; los
que han encanecido en la constante lucha social; los que moral y pecu
niarla iamente se han sacrificado por nuestra instituci?n cuando, como en
toda obra nueva, ha pasado por el proceso inevitable de las situaciones
de estrechez y dificultades; los que obstentan, como el m?s preclaro de
sus t?tulos, el de fundadores del gran Centro Gallego de la Habana,
ellos merecen la veneraci?n de todos los gallegos bien nacidos, ellos
constituyen las m?s puras reliquias de la Sociedad; ellos, en fin, son
eternamente acreedores al bien de la Patria y al respeto de todos los
amantes de Galicia. (Aplausos).;
Y permitidme tambi?n, se?ores, que dedique un recuerdo amoroso
a aquellos benem?ritos socios fundadores y grandes patricios que pasa
ron a mejor vida y que el Centro Gallego jam?s podr? olvidar. Porque
si posible fuera que la sombra de los.Villageli?, Gonz?lez Vald?s, Rive
ro Pe?n, Ruibal y Nieto, Santalla, Oz?n y tantos otros, ilustres unos,
entusiastas y amantes los m?s de las corporaciones galaicas, flotara en
estos ?mbitos; si posible fuera que sobre sus lechos de piedra pudieran
erguirse sus inanimados restos; si volvieran a la vida, siquiera moment?
neamente, y tuvieran noticias del acto transcendental, solemne y pocas
veces igualado que aqu? se celebra, seguramente que antes de volver a
entregarse al sue?o eterno habr?an de compartir con nosotros los leg?ti
mos sentimientos de satisfacci?n. y patri?tico orgullo de que todos nos
hallamos pose?dos.