Bolet?n de la Beal Academia Gallega 207 =
raci?n del monumento al poeta, gran amigo de su ilustre padre, ya que en
la r?pida visita de ahora no ha podido cumplir su anhelo de depositar unas
flores en su tumba.
La Voz de Galicia, 14 de Junio de 1921.
La Coru?a y Galicia entera acaban de testimoniar con obras, que son
amores, el alto aprecio en que tienen al "Diario". Acaba de demostrar tam
bi?n nuestra tierra hasta que punto sabe hacer del agradecimiento un culto.
La regi?n gallega contra?do habla una deuda de gratitud con este gran pe
ri?dico y con la ilustre familia del inolvidable patricio don Nicol?s! Rivero,
especialmente. Y aprovech? la pristina ocasi?n que. se le ha presentado para
cancelarla.
Esta ocasi?n fu? el viaje del joven Conde de Rivero a Espa?a. S?pose
que e] buque que le conduc?a har?a su primera escala en la Coru?a, y todas
las entidades populares y de cultura coru?esas, aprest?ronse con entusiasmo
afectuoso a saludarle y agasajarle de modo regio.
De los cientos de peri?dicos que en Galicia se publican, apenas si hubo
alguno que dejase de aplaudir la gallarda iniciativa de aquellas entidades
y que no tuviese palabras de loa cari?os?sima para el ilustre viajero. El
Conde de Rivero y su digna esposa pudieron comprender perfectamente que,
al pisar tierra gallega, se encontraban entre hermanos devotos y agradecidos.
?Quien siembra amores, recoge afectos! Y el venerable don . Nicol?s?a
quien la muerte nos arrebat? en mala hora?hab?a tenido deferencia tan re
levantes a trav?s de su gloriosa y accidentada vida, que ni los gallegos ni
Galicia podr?n olvidarlas nunca. Aquel. ejemplar maestro de periodistas, todo
voluntad, talento, caballerosidad y patriotismo, que supo en sin fin de oca
siones romper lanzas en defensa de los intereses de nuestra colonia en Cuba;
aquel asturiano modelo que supo rendir a Curros Enr?quez testimonios de
afectos impagables, ahora acaba de ganar una nueva batalla, superior sin
duda a cuantas dice la leyenda que ganara el Cid despu?s de muerto: la de
ver el alma entera de una regi?n de Espa?a vibrando de afecto ante su pri
mog?nito; queriendo pagar en el primer var?n de su estirpe que nos dispens?
la merced de una visita, la deuda de gratitud?nunca cancelable por com
pleto?que contragimos para siempre con el "Diario de la Marina", de la
Habana. ?Cu?nto vale el hacer bien! ?C?mo acaba haci?ndose justicia a Ios
buenos!
Y as? el homenaje noble, espont?neo, sincero, que la capital de Galicia
ha sabido rendir al afable y caballeroso gerente de este peri?dico servir? sin
duda para que los hijos de don Nicol?s, si necesitasen est?mulos,, que no los
necesitan, capaces de encaminarlo por la luminosa senda que su buen padre
sigui?, contin?en tributando a las cosas gallegas el mismo amor que aquel
ilustre patricio les tributara. De homenaje fecundo, pues, puede reputarse
el que rese?amos. Tenemos la plena seguridad de que lo mismo el Conde de
Rivero que su hermano don Jos? Ignacio, nuestro querido Director, de hoy
en adelante sentir?n por Galicia un culto filial y por los buenos gallegos una