i o3 Dole?n de la 'Real ' )lcade'mia Gallega
Lago y R. P. Juan Rodr?guez Cabrera, 'y con objeto de hacerles entrega de los
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Presidi? el titular, el prestigioso y culto presb?tero Sr. Juan J. Roberes,
acompa?ado de la Junta Directiva, de los nuevos acad?micos, del de N?mero
residente en Cuba, Sr. Ram?n Armada Teijeiro y de los antiguos correspondien
tes Ldo. Jos? L?pez P?rez, Sr. Juan Beltr?n.Mu?fios, Sr Ram?n Armada Sagre
ra, Sr. Jos? Fontenla, y el tambi?n Acad?mic?, maestro Sr. Guillermo Tom?s,
director de la Banda Municipal, que de manera tan brillante ameniz? la fiesta.
Pronunciado un corto discurso de apertura, tan breve como hermoso y elo
cuente cante de amor a Galicia por el presidente, hizo con otro magn?fico la sa
lutaci?n dando la bienvenida a los nuevos (obreros del ideal gallego?, el se?or
Ram?n Armada Teijeiro, analizando la brillante y patri?tica labor efectuada por
la Real Academia de Galicia y esbozando labores a, efectuar en el porvenir en
esclarecimiento del verdadero blas?n y bandera que corresponden a la regi?n
gallega. Su final fu? un canto de bueno y amant?simo hijo de aquella tierra y
parodiando termin? diciendo ?que si la tierra es la corona de Dios, su m?s her
moso joyel es Galicia?. Grandes aplausos premiaron el bello y conceptuoso dis
curso del Sr. Armada Teijeiro.
Contest?le a nombre de los nuevos Acad?micos, el R. P. Juan Rodr?guez Ca
brera, e hizo el discurso resumen, leyendo unas bien escritas e inspiradas cuar ?
Cillas, el Dr. Andr?s Segura Cabrera. Un bello canto a la laboriosa mujer gallega
y a los divinos cantos de aquellas paradis?acas tierras. Fu? muy aplaudido.
Villaespesa, el bardo hispano que a la cultural fiesta hab?a acudido, sent?se,
galantemente invitado, en la mesa presidencial, y a ruegos que complaciente
' satisfizo, ley? el fragmento dedicado a Galicia de su magn?fico poema in?dito
Y cuando el poeta magistralmente le?a, mejor dir?amos desgranaba, las
? bellas estrofas del divino poema, una escalofriante sensaci?n difund?ase por la
sala y elevaba los corazones al altar de la patria (de las dos patrias), y traspo
niendo el Atl?ntico, daba la visi?n justa, precisa y bella de aquellos terru?os de
enso?aci?n, y parec?a como si al bardo alg?n genio c?ltico le inspirase, y como
si en el ambiente flotasen los esp?ritus de la dulce y meiguina Rosal?a, del recio
Pondal y del rebelde Curros Enr?quez, y la Galicia errante interrump?a al poeta
al evocar magistralmente el son de la gaita que comienza susurrando y termina
en un gemido, y el ap?strofe al medioeval indigno foro, esta Galicia errante
aplaudia, rod?ndole las l?grimas por sus mejillas, al divino poeta, errante tam
bi?n, que canta compenetrado tan ?ntimamente con ella y con ella sintiendo;
estos hijos expatriados que viven, como dice el divino poema, ?con la visi?n de
Galicia en los ojos y el cantar de la patria en la boca?.
La ovaci?n tributada al genial poeta fu? tan grande como expresiva y tuvo
que recitar otra de sus composiciones ?Alma espa?ola?, un viril canto de la raza.
Repetidas veces fu? llamado el bardo ilustre por los aplausos de la gran concu
rrencia que all? se encontraba.
La Banda. Municipal fu? muy aplaudida en los tres n?meros que ejecut? y
al tocar como cierre de velada el Himno Regional Gallego, que fij? escuchado de
pie por la concurrencia, el p?blico solicit? y obtuvo brillantemente la repetici?n.
Muchos aplausos de agradecimiento y de cari?o premiaron la labor de la banda
y de su director, que con tantas simpat?as cuenta entre la colonia gallega.
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