BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 151
particular que desee comprar de tres a cuatro mil tomos". Mo
nasterio de San Mart?n de Madrid, 14 de abril de 1748 3.
Su misma obra "Memorias para la historia de la poes?a y poe
tas espa?oles" 4, por la que se constituye en el primer historiador
en el tiempo de la literatura espa?ola, es obra de bibli?grafo
. tanto como de erudito historiador. Y recordemos que como eru
dit?simo bibli?grafo le proporcion? abundante informaci?n al
agustino padre Fl?rez para su monumental "Espa?a Sagrada".
Sarmiento lleg? a conocer un elevad?simo n?mero de libros,
porque durante m?s de sesenta a?os los busc? incansablemente,
y su misma biblioteca era importante. El a?o 1750 ya ten?a cinco
? mil, y encontraba dificultades para acomodarlos, por lo que su
amigo Vizca?no le dec?a "o comprar m?s celda o vender libros".
Sus visitas y viajes literarios nos hacen recordar al ya citado
Ricardo de Bury, el autor del "Filobibli?n", quien escribe: "Siem
pre que nos ve?amos precisados a pasar por ciudades o pueblos
, en los que aquellos pobres monjes ten?an sus conventos, era obli
gada la visita a sus bibliotecas y a los lugares en que guardaban
sus libros; lo m?s admirable era que encontr?ramos atesoradas
inapreciables joyas de sabidur?a en medio de la mayor pobreza;
en sus hatillos y esportillas hall?bamos, no solamente las miga
jas que cayeran de la mesa de los se?ores para los cachorros, sino
tambi?n los panes no fermentados, el pan de los ?ngeles que
tiene en s? todo deleite, m?s todav?a, los graneros de Jos? llenos
de trigo, las riquezas del lejano Egipto y los magn?ficos regalos
que la reina de Saba llev? a Salom?n". Y a?ade: "Son los reli
, giosos como hormigas que recogen a diario en tiempo de mieses
y parecidos a las abejas que no cesan de laborar en sus celdas
de miel".
Cuando muri? el Padre Maestro su biblioteca estaba formada
por m?s de siete mil quinientos cuerpos de libros.
Su gusto por la lectura llevado a ins?litos extremos nos hace
recordar a Pedro Daniel Huet, el c?lebre obispo de Avranches
(cuya obra total recomienda en su "Biblioteca selecta"), quien
para no perder de leer, por ejemplo, cuando se afeitaba, ten?a
a un familiar que le le?a. Como este obispo pensador, bibli?grafo
3' Reflexiones literarias para una Biblioteca Real ("Semanario erudito", to
mo XXI, p?gs. 99273). Madrid, 1789. Biblioteca selecta ("Semanario erudito",
tomo V, p?gs. 97174). Madrid, 1787.
4 Madrid, 1775 y Buenos Aires, 1942.
1