168 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
llegue a ser considerado tan deshonroso como fue antes hono
rable" 32. Y Ram?n de La Sagra, ya en el siglo XIX ve?a tambi?n
peligro en el excesivo n?mero de escritores por la facilidad de
publicar y consiguiente envilecimiento de la actividad literaria.
Sarmiento no era en modo alguno bibli?mano, pues valoraba
los libros por su contenido. Los utilizaba con amor, y a ellos de
dic? su vida, despu?s de sus obligaciones piadosas de monje. Y
los ofrec?a a los estudiosos, con laudable desprendimiento. Era
justamente todo lo contrario de un bibliotafo. Al final del escrito
que hemos comentado, anuncia:
"Si alguno quisiese enterarse de todas las circunstancias, edi
ciones, vida de los autores, etc., de los libros se?alados en estos
pliegos o gustare ver por s? casi todos los libros, con mucho gusto
se le ense?ar?n en el Monasterio de San Mart?n de Madrid, desde
hoy, 14 de abril de 1748".
Pero el monje erudito no s?lo de libros hac?a su estudio. Me
ditaba, le?a, oraba e iba a la vida misma, como contemplativo es
tudioso. En una carta al Duque de Medinasidonia, dice, por
tudioso. En una carta al duque de Medinasidonia, dice, por
ejemplo: "Estoy gozos?simo fuera de mi celda y en esta villa exa
minando los varios e infinitos objetos que Dios ha creado", carta
fechada en Pontevedra, a 3 de junio de 1754 3.
?Qu? bien se acomodaba el reverend?simo Padre Sarmiento
ante sus libros, en la celda de su monasterio matritense de San
Mart?n, como monje de aquella Orden creada por San Benito,
ilustrada por tantos santos varones, que ya hac?an larga cuenta
en la cr?nica de Yepes, en el siglo XVII, Orden a la que se deben
tantas haza?as culturales, adem?s de las piadosas, como la res
tauraci?n del canto gregoriano, a trav?s de generaciones de
cenobitas, o la Biblia de Montserrat, en nuestros d?as!...
22 La galaxia Gutenberg. G?nesis del "homo typographicus" Aguilar. Ma
drid, 1972, p?gs. 3501.
83 "Semanario erudito", tomo VI, p?g. 215.