222 bolet?n de la Real 5kcademia Gallega
como ?las ciencias f?sicomatem?ticas en su relaci?n con la aritmolo
g?a, geometr?a, mec?nica y uranolog?a. La manera sencilla y elegante
con que hace exposici?n del progreso y desenvolvimiento de estas
ciencias y la manera cl?sica de explicar sus: teor?as, c?lculos:probabili
dades y aplicaci?n . del ingrato movimiento de los n?meros, : vuelven''
simp?tica ;y agradable la tarea de manejarlos.
Con honda pena lamenta el Sr. Loriga no poder trazar la biogra
f?a de matem?ticos gallegos, por que no los hubo de altura en Galicia
ni en toda Espa?a. Tiene raz?n: Espa?a que tantos y tan conspicuos
varones ha producido en otros rateos del saber humano y en algunas
esferas de la literatura y el arte llev? la palma entre todas las naciones,
no brill? de igual manera, ni ray? ? la misma altura en las ciencias
f?sicas y matem?ticas. Y no es dificil la explicaci?n de semejante fe
n?meno. A parte de que, cada pueblo tiene su fisonom?a, sus aptitudes
y hasta su idiosincrasia particular, que determinan sus gustos, prefe
rencias y orientaciones en el empleo y desenvolvimiento de su acti
vidad, Espa?a ha tenido que aplicar la suya al cumplimiento de su
misi?n en el concierto del 'inundo, misi?n providencial y alt?sima, qu?
realiz? gloriosamente luchando durante siete siglos con los muslines,
que de otra suerte se hubieran desparramado por toda Europa; des
cubriendo y conquistando un nuevo mundo para la civilizaci?n y el
Evangelio, y siendo despues, cuando abarcaba el planeta, y el sol no se
pon?a en sus dominios, el brazo derecho de la Iglesia para atajar los
progresos d? la herej?a.
'No quiere esto decir que falten en la ciencia espa?ola ilustres ma
tem?ticos como no faltan pensadores y fil?sofos. Concret?ndonos ?
nuestra querida Galicia, permitidme, ya que se ofrece ocasi?n tan opor
tuna, que evoque el recuerdo, y trace ? grandes rasgos la figura de al
gunos de sus hijos, que se consagraron con gloria ? tan altos y preve?
chosos estudios, ? adquirieron claro renombre en profesiones que los
exigen y reclaman, m?s ? menos amplios y profundos.
Juan de Novoa, natural de Maceda (Orense), de la noble casa de
los ilustres Condes, intr?pido navegante, alistado en la marina portu
guesa, en donde los reyes Juan II y D. Manuel le encargaren de la di
recci?n de las flotas que salieron de Portugal con rumbo al Africa y ?
las Indias Orientales, en cuya conquista se distingui? tanto que San