polet?n de la Real Academia Gallega 311
constituyeron una pareja precursora del ansiado resurgimiento gallego.
El, rebuscando en los archivos y bibliotecas, hizo resurgir la historia de
nuestra tierra, evidenciando c?mo podemos enorgullecernos de nuestro
pasado. Ella despert? con su lira los ecos todos del alma gallega, expre
sando sus anhelos de redenci?n y progreso.
Dedic? lueg? un bello per?odo a loar a Santiago, y dijo que as? como
anta?o ven?an pr?ncipes y juglares, potentados y plebeyos, en devota
peregrinaci?n, para orar ante el ap?stol, ahora, en un porvenir cada vez
m?s cercano, vendr?n a alzar la frente y fortificar el esp?ritu ante la
estatua de Rosal?a, formando caravana no menos numerosa cuantos
sienten amor sincero por el solar galaico. El d?a de hoy ser? por eso
mismo una gloriosa efem?rides. Otro d?a vendr? en que llegue el momen
to de jurar ante la estatua, la defensa de los derechos y aspiraciones
regionales, dentro siempre de un santo amor, de una perfecta identifica
ci?n con la madre Espa?a.
Por ?ltimo, el Sr. Besada, en nombre del Gobierno, expres? con qu?
complacencia quiso ?ste asociarse al homenaje, rendido tan merecidamen
te, a la insigne mujer, una de las cumbres de la vida literaria de Espa?a,
leg?tima gloria de nuestra naci?n y desde luego de Galicia.
Tribut? elogios al Sr. Fr?iz And?n por los esfuerzos, los sacrificios,
la abnegaci?n de que di? mtiestras. A?adi? que no deb?a causarle amargor
ni sorpresa el hecho de no haber recibido las d?divas de los ricos... Ello
casi daba mayor car?cter al monumento, teniendo en cuenta la personali
dad de Rosal?a y la significaci?n de su obra. Ella, que cant? a los humildes,
que llor? con los pobres, con los desvalidos, reflejando sus anhelos, por
estos mismos deb?a luego ser honrada y glorificada. Nada m?s en conso
nancia, pues. Record? c?mo Rosal?a predic? la santa uni?n de todos los
gallegos, y fij? la atenci?n en c?mo all? estaban, en efecto, reunidos
elementos procedentes de distintos campos, sin distinci?n de ideas, para
fundirse en un solo testimonio de admiraci?n.
Por esta uni?n, por un ampli? esp?ritu de concordia, abog? tambi?n
?l en un l?rico per?odo. De hoy m?s?agreg?, en Compostela existe un
s?mbolo de uni?n confortadora, y ese s?mbolo es esa estatua. Recomend?
que no se perdiese el tiempo en discordias ni luchas intestinas, sin? en
una labor de unificaci?n y cohesi?n que ha d'e conducir al esplendor y al
desarrollo fecundo de la patria, dentro siempre de inmenso amor
hacia ella.
Al terminar su discurso el Sr. Besada volvieron las m?sicas a tocar
la Marcha Real, se repitieron los v?tores y se efectu? el desfile.