96 $ole?n de la Real 5cademia 6allega
son testimonio elocuente de cuan adecuado campo hallan las aspiracio
nes del alma para su expansi?n en la ciudad viguesa.
En sus amplias vias y plazas, al lado del natural recuerdo al ge
neroso protector de sus intereses materiales, se halla el consagrado ?
aquellos de sus hijos que m?s han brillado en las ciencias, las artes y
las letras. Gallarda afirmaci?n de la cultura de este pueblo tenemos en
los mausoleos que erige ? la filantropia y ? la abnegaci?n, y en el mo
numento que dedica al genio po?tico de nuestra raza. La gran pensa
dora gallega, Concepci?n Arenal, el heroismo de los soldados gallegos
y nuestro poeta nacional, Curros Enr?quez, tendr?n en Vigo el recuerdo
que merecen y que hard perdurable la memoria de muertos tan
llorados.
Nosotros en el transcurso de este afio tambi?n hemos tenido que
llorar, y lloramos, cruentas bajas en nuestras filas: L?pez Ferreiro,
Villaamil y Castro, Leandro de Saralegui, Martin Hume, Su?rez Sal
gado, Salgado Rosende, y Segismundo G. Rois, vinieron ? sumarse
al f?nebre desfile de este lapso de tiempo. Ellos han muerto, pero su
recuerdo perdura entre nosotros y con su ejemplo y con sus obras nos
sefialan brillantemente nuestro camino.
En ?l perseveraremos con constancia y f?. ,Si los medios materia
les de que podemos disponer, lejos de aumentar, decrecen, y no nos
permiten, desgraciadarnente, dar ? nuestros trabajos toda la amplitud
ambicionada, procuramos en todo lo posible y dentro de la modesta
esfera de acci?n de aquellos, hacer que la obra . iniciada d? sus frutos
' Por de pronto, en nuestro BoLET?N, pod?is ver como la Academia cum
ple su misi?n y d? ? conocer ? esclarece puntos ignorados ? obscuros
de nuestra historia, literatura y arte. En las columnas de aquella pu
blicaci?n hallareis, con frecuencia, firmas de escritores que permane
cer?an in?ditos ? no ser por nosotros y notabilisimos trabajos de auto
res extranjeros que nos honran con el estudio de nuestras cosas.
Ellos son los qne m?s atenci?n prestan ? nuestra labor, y la Bi
blioteca de la Academia, como os enterar?n las listas del BOLETIN, se ve
enriquecida con donativos de obras important?sirnas que para ella nos
remiten sus` autores. Y no son tan s?lo los autores los que nos favore
cen. Un distinguido compatriota nuestro y Miembro de la Asociaci?n
Iniciadora y Protectora, D. Severino T. Sollozo, de la Habana, puso ?
nuestra disposici?n 250 pesetas para adquirir libros de consulta, ha
bi?ndose comprado con dicha suma la Antolog?a de poetas l?ricos caste
llanos, y otras obras de Men?ndezPelayo; Estudios Literarios, de Pidal;
Historia de las literat?ras castellana y portuguesa, de Wolf; Estoria de
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