336 Bolet?n de la 'Real ylcademia Gallega
para la obra de la iglesia conventual, y varios bienes en Ambroa para
la l?mpara del Sant?simo; y adem?s, desembarga para siempre al mo
nasterio, todas las heredades, casares, iglesias, granjas, cotos, posesio
nes y rentas que por el mismo ten?a y usaba.
A pesar de su disposici?n testamentaria, Aras Pardo no fu? sepul.
tado en Monfero, ni las otras mandas tuvieron cumplimiento.
As? resulta de la citada Historia de Monfero, en la que Villalpando
inserta una memoria de las personas nobles que yac?an en aquella igle
sia, y otra de las atenciones y misas que se dec?an por los bienhechores
del monasterio, y en ninguna de las dos memorias aparece el nombre
del expresado donante.
De haber sido enterrado donde lo dispuso, existir?a su sepulcro,
una l?pida, una inscripci?n, algo que perpetuase su recuerdo, pues no
es posible que sus apellidos fuesen desde?ados ni silenciados, sobre
todo en una abad?a que le hab?a . estado tan obligada cuando vivo, y
que despu?s de su fallecimiento, lo quedaba a?n mucho m?s a su yernos
el poderoso Andrade. o Boo.
Sin duda alguna revoc? su testamento o ?ste no ser?a cumplido
por sus herederos, caso an?logo al que se di? a?os adelante en el propio
monasterio de Monfero, con el enterramiento de Pedro Fern?ndez de
Andrade, IV Se?or de los Estados de Andrade, suceso que relata Villal
pando y que merece ser aqu? referido de nuevo.
Dicho caballero hizo testamento el a?o 1435, del que s?lo se cono
cen algunas cl?usulas. Su sepulcro hall?base ?y creemos que aun se
halla? en la iglesia monasterial mencionada. Es muy suntuoso, de
piedra, con la efigie de caballero armado, muchos escudos al rededor,
y en la orla este letrero: AQVI : JAZ : PEDRO : FERNANDEZ : DE :
ANDRADE : FILLO : DESTE : NVNO : FREIRE : DE : ANDRADE .
En 1606, el abad Fr. Atanasio Vel?zquez abri? esta caja sepulcral, en
contr?ndola vac?a, sin huesos ni se?al de haber sido sepultado en ella
persona humana, por lo que la mand? retirar y colocar en otro sitio.
Prueba de que, a pesar de haber dejado construido su monumento
funerario, Andrade no fu? sepultado en ?l ni en la iglesia en que el tal
monumento se encuentra.
Otro ejemplo se nos ocurre presentar, especialmente por tratarse
del famoso general Don Pedro Fern?ndez de Castro, el de la Guerra,
padre de las reinas Doga Juana de Castilla y Do?a In?s de Portugal,
cuyos restos no descansan tampoco donde ?l lo dispusiera en un
principio.
Este insigne gallego ?contempor?neo de Aras Pardo otorg?