216 ijoletin de la Real j'Ccademia Gallega
mano de estos ?ltimos puede decirse que qued?, toda la explotaci?n
pesquera. S?lo alguno que otro del pa?s, de esp?ritu m?s abierto, imit?
? sobrepuj?, aunque sin mayores resultados (1); ? los que de fuera ve`
n?an ? darles el ejemplo.
El progreso y la rutina se repelen: la lucha era inevitable y surgi?;,
pero fuera de los perjuicios personales, ? un estado de cosas que exist?a
' creado de atr?s, ning?n la?o ocasion? al pa?s, antes al contrario. Al
cambiar de mano la industria lo hizo con notables ventajas para la,
regi?n que la vi? as? crecer nuevamente y tomar. tal incremento y de
sarrollo que, echando profundas ra?ces, fu? manantial de riqueza y..
bienestar, ? hizo de Galicia el primer pueblo pesquero de la Pen?nsula (2).
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Largas y porfiadas contiendas, y m?s de un conflicto, produjeron
las discusiones entre los que con su vigoroso empuje contrarrestaban
la rutina y pasividad de los naturales del pa?s.
La falta de capital en los industriosos catalanes, la supl?an el tra
bajo y el ingenio. Encontraron, por decirlo as?, un pa?s virgen del ne
gocio y con unos mares que herv?an en pescado, y, tan pronto estuvie
ron en condiciones, trabajaron s?lo para ellos.
As? no es de extra?ar que los nuevos explotadores, cuidando solo
de su cr?dito industrial y atentos al negocio, pudiesen enriquecerse
brevemente y aumentar y mejorar los medios de su industria, sustitu
yendo las primitivas tinas de madera por vastas pilas de siller?a y ha
ciendo de las humildes casas y f?bricas formadas de tablas de pino,
grandes y hermosos edificios, f?bricas y almacenes.
Tambi?n se diferenciaban los catalanes de los gallegos tanto,, como,
en el modo emplea?lo para la pesca, en la forma y manera de la pre
paraci?n y salaz?n del pescado.
M?s que este ?ltimo procedimiento, que si daba mayor cantidad
(t) D. Jer?nimo Hijosa, vecino de la Coru?a, trat? de establecer en la r?a d?; Arosa,
por los a?os 1770, una explotacion salazonera al estilo de Terranova. Hizo para di
rigirla ? un vascongado ejercitado por luengos a?os en aquella industria. Por, no ser, ?poca,
para la pesca del abadejo, se dedic? ? salar merluzas. En, una semana 6o quintales,
y, si hubiera conocido mejor los lugares de pesca, hubiera podido salar hasta top quinta
les por semana por no ser inferior la abundancia en estas costas ? la del baealao.en,Terra
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nova. No di? resultado el intento por la oposici?n que encontr?,
(2) CORNIDE, en su defensa de los pescadores gallegos, trata de librarlos de la, nota,
de rutinarios y holgazanes conque los denigraban entonces los que los,comlat?an.