José Fontenla Leal
BOLETÍN DA REAL ACADEMIA GALEGA
Y esto lo hace un pueblo al que se tiene por patriota en superlativo grado.. Error crasísimo; farsa indigna. El patriotismo gallego no existe. [...] El verdadero patriotismo consiste en saber conservar en toda su pureza todo aquello que es símbolo de nuestra raza: lo tradicional, lo clásico, lo típico, lo glorioso, lo que constituye nuestro modo de ser, «nuestra alma»; consiste en velar por el progreso moral y material de nuestra región; consiste en rebelarse contra la canallesca grey política que nos escarnece, dilapida, denigra, esclaviza; consiste en dejar de ser hembras con pantalones para ser hombres con dignidad; consiste en saber pensar alto, sentir hondo y obrar con cordura; consiste en saber ser libres, grandes, fuertes, nobles, dignos. [...] Mas... volvamos al asunto. Duélese el venerable anciano, del bastardeamiento que se nota en nuestro idioma, aun en aquellos apartados lugares que más refractarios se mostraban á la influencia de lenguajes extraños, bastardeamiento «que pone en peligro de muerte nuestra fala, símbolo el más completo de nuestra individualidad» y clama por un pronto y eficaz remedio, empezando por la formación de un completo Diccionario de la lengua gallega. Muchos años hace, muchísimos, que se viene luchando por el establecimiento de una Academia gallega, que, no solo limpie de barbarismos, fije la unidad y dé esplendor á nuestro idioma, sino que vele también por la conservación de nuestra música popular, nuestros cantos, costumbres y todo aquello que signifique algo de esa «nuestra alma» que gradualmente va desapareciendo y desaparecerá en absoluto (los síntomas lo evidencian, desdichadamente) si el pueblo gallego no reacciona á tiempo y sigue dejándose deslizar por el plano inclinado que lo conduce al precipicio y á la muerte. Cuantas veces se ha intentado algo en ese sentido otras tantas el fracaso acompañó á tan loables iniciativas. ¿Qué importa ni qué vale el entusiasmo de unos pocos ante la indiferencia general? Pide e Sr. Murguía que se imite el ejemplo que dió Alemania para llevar á cabo la redacción del Gran diccionario de los idiomas alsacianos, que «la ayuda oficial» y «la capacidad de los colaboradores lo allanó todo y en poco tiempo». Allí sí; porque el pueblo y sus hombres de letras lo deseaban, lo pedían, lo exigían... Por eso ha sido eficaz «la ayuda oficial», donde el asunto se tomó con patriótico empeño. En Galicia ya es muy distinto. Las Diputaciones provinciales [...] son instrumentos del poder central, al que ciegamente obedecen, y, por lo tanto, no pueden prestar atención á esas «futilidades». Los inteletuales gallegos se pasan la vida en contínuo pugilato literario, cada cual con su léxico propio, peculiar, y cada cual creyendo poseer el mejor sistema, método
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Nº 362