BOLET?N DE LA , REAL ACADEMIA: GALLEGA 1 119
dada, de la visita de Jorge a estas tierras y" que 61 haya apren
dido en Avi??n lo que aqu? fu? un suceso de su propia existen
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De aceptar como . verdadero el relato de Jorge en . todas sus
partes, la de su presencia en Finisterre no ofrece duda alguna,
y lo confirma, por lo tanto, plenamente.
Volviendo a San Guillermo, Murgu?a notis., habla ` de que: ?Era
? tradici?n en la iglesia que un Guillermo, duque de Aquitania, ?
? visit? Santiago y que al llegar, ante el altar, , : del Ap?stol, cay?
?muerto de repente siendo enterrado en nuestra iglesia? (1).
Transcribe, a continuaci?n, el, romance tornado die la tradici?n
oral en el que se cuenta todo lo ocurrido a D. Gaiferos de Mor
maltan.
Y el mismo .autor hace esta reflexi?n: ?Die dos de estos du
? ques se ,sabe que visitaron Santiago, Guillermo V en el siglo XI
)(yenta todos los arias) y el XIII Guillermo. X, ?ltimo duque de
?Aquitania, gran amigo :de don Diego Gelmirez? A ?ste es a
quien dice referirse el romance, pues de ?l se cuenta que vino a
pie en traje de peregrino el a?o 1137, y al final de su viaje mu
ri? delante del altar del Santo Ap?stol el d?a de Viernes Santo.
Esta leyenda, aunque ,amparada por los Bolandistas y Longueval
no parece cierta si se ha de creer lo que dice Laconic, y recuerda
Pardiac, p. 143 ide :su Pelerinage, etc. Puede por lo tanto supo
nerrsd que el romance es posterior a los Bolandos, pues se en
cuentra conforme en todo con to escrito por. estos padres. El
soldado que habla en el viaje al peregrino y le conforta, acompa!
??ndole hasta Santiago, no es otro que el mismo Ap?stol. El hallai+
a Guillermo X, convertido en Gaiferos, 'nos dice que si el fondo del
romance es eclesi?stico, se debe sin embargo a un poeta popular
que mezclia con la leyenda religiosa los recuerdos caballerescos ? .
De ser D. Gaiferos de Mormaltan Guillermo X, duque de Aqui
tania, nada mends que es guiado a su templo por el propio Ap?s
tol, en calidad de soldado, para ante 61, en dia tan singular como
el de Viernes Santo, desprenderse de la vida de su cuerpo para
que su alma peregrina fuera nuevamente guiada por e1 discipulo
(1) Manuel Murgu?a. Galicia. Barcelona, 1888, p?g. 123.