28 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
Supone que los traductores son loa responsables de la "ma
carronizaci?n" de la lengua escrita, y como en gallego no ha
visto traducciones de lenguas extra?as al vulgar antiguo o al
moderno, la conclusi?n no es dif?cil de establecer. Luego reco
noce la necesidad en Galicia de dos diccionarios del gallego puro:
uno alfab?tico y otro onom?stico (n.o 126), advirtiendo con un
s?mil culinario a base del arroz que los vocabularios son mejores
cuando colaboran en ellos muchos individuos (n.? 127).
Los autores del onom?stico gallego en los cuatro partidos ma
r?timos han de cuidar de recoger las voces de peces, conchas,
mariscos, aves de mar y de r?o, animales y plantas marinas. Los
de los cuatro partidos restantes pondr?n cuidado en el acopio
de nombres de animales cuadr?pedos, aves de rapi?a, nocturnas,
dom?sticas y de canto, sapos, culebras, insectos y sabandijas y
toda serie de mixtos de la historia natural. Despu?s se recoger?n
los nombres de cosas artificiales: instrumentos, herramientas
pertenecientes a la agricultura; y lo mismo para las artes me
c?nicas en las que se pone una larga lista (n.? 128132). Mediante
procedimientos parecidos ya recogi? ?l los materiales gallegos en
sus viajes de 1745 y 1754, seg?n podr? verse en la edici?n que
publicamos de su Cat?logo de Voces y Frases de la Lengua Ga
llega (tomo II de la Colecci?n de Obras Ling??sticas de Sarmien
to, en prensa).
Con motivo del apartado de las cosas divinas, supone que el
Onom?stico debe comenzar con un extracto del Catecismo del
P. Astete que tendr? en gallego los tres s?mbolos de la fe: el de
los Ap?stoles, el Niceno y el de San Atanasio. Nota que en Gali
cia y en Asturias hay menos descuido que en otras partes en este
particular y recuerda una an?cdota del 1720 de una vieja que
no sab?a el credo. Contrapone la ignorancia de la doctrina cris
tiana en los lugares populosos frente a las aldeas en donde se
conoce mejor (n.o 133137).
En el n.? 139, pone un ejemplo de c?mo ha de ser su onom?s
tico gallego, latino, castellano. En ?l se patent?za la etimolog?a
de cada palabra e insiste en la necesidad de partir de la lengua
nativa. El castellano se ha de aprender "por la viva voz y comer
cio de castellanos con gallegos", pues en las villas muradas ga
llegas sobran hablantes y gentes castellanas, a?adiendo que "po
co importa que los aldeanos jam?s sepan el castellano ni el lat?n,