BOLETIN ? DE LA REAL. ACADEMIA GALLEGA 95
Este contraste, uno de los aspectos m?s t?picos de la. ciudad,
est? puesto de relieve una vez m?s en Los Pazos de Ull?a, cuando
el marques ;vigila a los' admiradores de: sus primas :
"as? por los angostos ,y l?bregos soportales de la
r?a del. Villar corm) por las ' frondosidades de l?
Alameda y la Herradura, los segu?a y escoltaba uci
hombre joven... don: Pedro repar? tambi?n que al
surgir detr?s de un pilar o por entre los ?rboles el
rondador. perpetuo, la cara 'triste y ojerosa de Car
men se animaba.,,.
Pero,, al . lado. de este contraste po?tico, Santiago presenta
todav?a un aspecto de vetustez: Las se?oritas de La Lage viven
en una "viej a morada :"
"un caser?n antiguo, espacioso ;y destartalado
como a?n' quedan muchos en la monumental Com
postela" (7).`
Pascual L?pez, describiendo la casa en ruinas de su profesor
emplea el t?rmino de "pueblo decadente"``(8).
Los monumentos que hacen de Santiago una ciudad museo
Son simplemente nombrados de pasada en las dos novelas, par
ticularmente en Los Paws de Ulloa en donde la evocaci?n hu=
mor?stica tiene por misi?n mostrar el car?cter primitivo del hi
dalgo campesino Pedro Moscoso
"Piedras mohosas... Es cierlo que Santiago .po
se?a dos o tres edificios espaciosos: La Catedral, el
Consistorio, San Martin" (9).
En cuanto a la catedral y a su magn?fico (io) P?rtico de la
Gloria tan famoso, est?n evocados a la luz del crep?sculo en
Pascual L?pez. La autora ha procurado sobre todo dar los efec
(7) Los Pazos de Ulloa. Aguilar. T. I p. 232.
,(s) Aguilar. T. II p. 69
(9) Aguilar. T. I p. 233.
(io) Aguilar. T. II p. 36.