BOLETIN DE LA REAL ACADEMIA GAILIIGA 93
del poeta y Belceb? (1912). Para estos ?ltimos la aut?ra; em=
pleando un ! recurso frecuente en s? obra, adopta ` el bonit? nom
bre de "Estela".
La evocaci?n de , Compostela acompa?a con "frec?encia in
trigas que podr?amos calificar de romancescas.
En Pascual L?pez una gran'parte de la acc ?n est? basada
sobre la, b?squeda de . la fabricaci?n de la piedra filosofal mo=
derna: el diamante; en La 'm?erte del poeta, se trata de rum
informaci?n 'polic?aca acerca de un homicidio; en fin Belcebi%
es la historia de tin diablo con apariencia humana, en el estilo ?
de los relatos fant?sticos del Renacimiento italiano.
La Pardo Baz?n proyecta sobre la intriga la atm?sfera de
ensu??o que se desprende de Santiago; la ciudad misma no es
en su bra objeto de grandes desarrollos roin?nticos y :por medio
de Pascual L?pez, demuestra que no . quiere abandonarse a las
descripciones prolijas y grandilocuentes a las cuales podr?an dar
lugar los grandes monumentos y las leyendas.
Pascual L?pez es un estudiante sin grandes talentos intelec
tuales; es un campesino del cual sus padres quieren hacer un
medico. Sinti?ndose desterrado en la ciudad, evoca con simpli
cidad la atm?sfera pesada de tristeza que se desprende de los
monumentos' religiosos, de las callejuelas con soportales, de las
casas se?oriales
"Santiago no era ciudad a prop?sito para aturdir
con bullicio mis melancol?as, ni para embelesar con
pueriles entretenimientos mi joven imaginaci?n. Mo
numentos, edificios, alias iglesias con grandes reta
blos de amortiguado oro, calles estrechas e irregu
lares con arcos de soportal para misterios y tapujos
y de cuando en cuando cortadas por la imponente
mole de alguna blasonada y desierta casa solar o de
alg?n convento de verdinegras tapias y rejas moho
sas; paseos cuyos ?rboles se deshojan lentamente" (3).
Hasta en su sobri?dad el protagonista nos ofrece una visi?n
sugestiva de Santiago, porque evoca, a?n resisti?ndose a querer
(3) PASCUAL LOPEZ : Aguilar, T. II p. 15.