BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 391
suyas y que como la fieroera que he recibido son de todo mi ,agra
do, por m?s que esta ?ltima llene m?s cumplidamente mis de
seos, ` Soy su affmo. a: y s. a. b. ' s. ? m. = Pascual Veig? ?:
Esta esquela, muy del siglo dieciocho, nos muestra c?mo
aquellos titanes del resurginiiento regional se daban mutuo apo
yo, y contribu?an los unos a los ?xitos de los otros. En un tomo
suyo de poes?as, que yo edit?, dec?a refiri?ndome a sus amista
des :?? Quien do seu tempo non alcontr?u n'il consello, alientos e
un fiel amigo? No symposio de s?a ',amistade couperon: Pintos,
Scoane, Navarro, Veiga, Barcia Caballero, Curros, Pardo Baz?n,
Rosal?a, ' Cal?, ' Pondal, A??n, ''os Camino, Turnes, Lamas ' Carva
jal, Mart?nez Salazar yo mesmo Murgu?a, a quien dimp?is tivo un
odio furibundo? (1). Todos ellos le distinguieron con favores y de
dicatorias de sus obras, y todos estrecharon su mano, la mano de
un poeta que escrib?a con la punta del coraz?n.
De las m?ltiples campa?as literarias en que ',se vi? envuelto
y de las manifestaciones llenas de acierto con que intervino en los
problemas que entonces se impon?an en Galicia, ver? el lector la
rese?a circunstanciada en las l?ne as que siguen. Regionalismo, Jue
gos Florales, Revistas, Academias, etc., etc., "sintieron su 'prestigio
y f?rvido calor.
Nada le arredraba del trabajo de su pluma, ni nada agotaba
la fuente l?rica manante en lo m?s profundo de su ser. El ambien
te de pobreza y modestia en que naci?, ?se conserv? toda la vida,
y en su casa no hab?a otras riquezas ni otros adornos, sino las vir
tudes cristianas, que hab?a heredado de sus mayores.
Una prueba m?s de la bondad que anidaba en tan bello co
raz?n nos da la entereza con que sufri? las muchas desventuras
abatidas sobre su hogar. Los p?jaros negros de la desgracia pico
te?banle incansables en el diario luchar, y hac?an el efecto irritan
te de la sial sobre una herida; pero ?l ve?alo sereno, como un ca
pit?n que contempla las aves raras del Polo, posadas sobre las
jarcias de su buque velero. Cierto d?a escrib?ale a un amigo:
?Meus cabelos van moi brancos,
millas barbas moito m?is:
x?roche que tan axina
non canearon meus p?is.?
(1) Do mar e da terra. Poes?as in?ditas de Francisco M.a de la
Iglesia. ? Editorial Meroedaria. Madrid, 1930. ? En 4.a, p?g. 7.