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ljolelin de la Real Academia Gallega 43
pueblos (1). bra es ya de que se procure glorificar en vida ta
i.: quienes lo merezcan. No dejemos para despu?s de muerto honrar
a quien nos honre. Temamos siempre llegar tarde. Vale m?s que
') nos motejen de precipitados que de calmosos en extremo.
t Si asf lo hubi?ramos hecho, ya hace iiempo que la deuda
,.1. contra?da con RosaHa, estar?a satisfecha. Pero siquiera congratu
l?monos de que ya que no en todas las ciudades gallegas, vaya al
fin a tener en Santiago, su ciudad natal y la que guarda sus ve
nerandos restos, un monumento a su memoria la egregia cantora
del Sar.
Los se?ores D. Vicente .Fr?iz And?n, D. Homobono Gonz?lez
y D. Jes?s Rey Alvite, tres distinguidos y entusiastas gallegos, sou
los que tomaron a su cargo la realizaci?n del pensamiento, con
tales energ?as e iniciativas que se inaugurar? en el presente
a?o (2). De los diecinueve bocetos presentados al con?urso, el
jurado eligi? el que es obra del arquitecto Sr. De Benito y el es
cultor Sr. Clivilles. Mide el monumento 7'30 metros de altura.
Ser? de piedra, y de bronce la estatua de la gloriosa poetisa, lo
~ mismo que las figuras aleg?ricas, representatives de la m?sica y
el canto gallegos, que ir?n adosadas a la parte posterior de la
obra. Est? emplazado el monumento en el hermoso paseo de la
Herradura, dando frente a los po?ticos paisajes del Sar y Sarela,
que en sus versos inspirados idealiz? la dulce y genial poetisa.
Ese monumento recordar? perdurablemente a propios y ex
tra?os que existi? en el mundo una Santa, venerable y abnegada
mujer, personificaci?n de la sublime, heroica e incomparable mujer
gallega, que con su inspiraci?n y por sus sentimientos hiz? el
milagro de resucitar a la vida, d?ndole alma y coraz?n, a todo
un pueblo.
Complemento de esta obra reivindicatoria, sera llevar a la
pr?ctica la po?tica idea del Sr. Rey Alvite, de que ante la tumba
de la ilustre gallega, arda cont?nuamente una l?mpara votiva de
nominada de e Galicia ? . Esta luz perenne ser?a como el faro que
guiase al pueblo gallego en su obra de reintegraci?n regional, y
como el simbolo del alma en vela de la raza ante los venerandos
t restos de quien supo personificarla, siendo el adalid de sus ansias
(1) El de Fr?iz Andbn en Santiago, Portabales en Lugo, Marcelo Macias en Orense y en
la Coru?a, y otros, sou s?ntomas de que los pueblos van aprendiendo.
(2) Escrito este trabajo, coo saben algunos, hace bastante tiempo, fu? arreglado en
el a?o de 1916 para ponerlo al d?a en anotaciones.
Lo mismo se haze ahora al present?, al ser impreso.
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