' Dolettn de la 'leal 9kcademia Gallega 29
TEMPLARIOS ''Y SANJUANISTAS
S?lo corno esbozo de historia podemos tocar a vuela pluma un
asunto sobre el cual tanto se ha escrito, y nuestro prop?sito no es otro
que el de aclarar algunos de los puntos que han permanecido hasta
hoy en la tn?s densa oscuridad, sin que la historia los recomendase. ni
los histori?grafos que se ocupan de Galicia los hayan mentado alguna
vez. Tr?tase de las dos ?rdenes militares de m?s riqueza y poder?o de
la Pen?nsula, y acaso de las m?s notables de toda la Edad Media, tales
como la del Temple y la de San Juan de Jerusal?n.
Ambas han sido fundadas con fines piadosos y animadas del es
p?ritu de religi?n y patriotismo que las llev? a luchar contra los moros
y proteger a los peregrinos que visitaban los Santos Lugares, y los que
de Espa?a y el extranjero ven?an a postrarse ante el Ap?stol de Com
postela.
Templarios y sanjuanistas, nos recuerdan aquella ?poca de ro
manticismo en que los hombres ofrec?an la vida en aras de la fe, la
patria y el amor, alma del mundo; ideales nobil?simos que depurando
costumbres debarbarie, no s?lo ensancharon los dominios de la patria,
sin? que han estrechado lazos de trato mundial, haciendo de cada es
' pa?ol un noble caballero donde quiera que concurriese.
El cambio, desde entonces operado, ha sido grande: la noble tizona,
que no se sacaba sin raz?n ni se recog?a sin honor, fu? sustitu?da por
el arma corta o larga, de traidora punt?r?a, y por la navaja trapera,
que denotan el decaimiento de la raza y la depravaci?n de costumbres
que un d?a fueron espejo de caballerosidad y de nobleza.
No cabe, pues, dudar, que las ?rdenes de Caballer?a prestaron
grandes servicios a la sociedad, a la patria y a la religi?n, pero han
tenido, su momento hist?rico, y el tiempo, que todo lo devora, hubo de
traer nuevas ideas y otros intereses, y las ?rdenes militares han per
dido su importancia. La del Temple, aun siendo de las m?s poderosas,
no alcanz? la vida a que llegaron otras de su ?poca: y no fu? s?lo esto,
sin? que, el hado de los tristes destinos h?zola memorable, m?s que
por su longevidad, por el ins?lito final con que termin? sus d?as.
Una Bula del Pont?fice Clemente V dirigida el a?o de 1308 a los
? metropolitanos y obispos de Francia y Espa?a, determin? all? la pri
si?n de aquellos templarios, y en Espa?a, la constituci?n, en Medina